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El sector ha registrado una inversión en investigación y desarrollo de 1.211 millones de euros en 2019, un 5,2% más respecto al ejercicio anterior

LA VOZ

En estos meses de crisis sanitaria, las compañías farmacéuticas están siendo esenciales para mantener el abastecimiento de medicamentos, así como para investigar tratamientos y vacunas que sean efectivos contra el covid-19. Para este sector, las inversiones destinadas a las actividades de I+D son realmente importantes, más aún en un momento tan crítico como este. «Esta situación ha puesto de relieve el valor que tiene la investigación», asegura Javier Urzay, subdirector general de Farmaindustria.

En este sentido, las cifras parecen indicar que vamos por buen camino ya que, durante el último año, España destinó un total de 1.211 millones de euros en I+D, lo que supone un récord histórico para el sector farmacéutico. Así, el incremento de inversión durante el año 2019 fue del 5,2% con respecto al año anterior, según la última Encuesta sobre Actividades de I+D que realiza Farmaindustria entre sus asociados.

«Casi el 20% de toda la I+D industrial que se hace en nuestro país la desarrolla la industria farmacéutica. Uno de cada cinco euros que se invierten en España en investigación procede de nuestro sector. Y esto supone casi el 8% de toda la I+D, teniendo en cuenta la investigación pública y privada», recuerda Javier Urzay.

«En España, uno de cada cinco euros que se invierten en investigación procede del sector farmacéutico»

 El documento también destaca que en la última década los proyectos de investigación desarrollados en colaboración con hospitales y centros públicos y privados ha crecido 3,6 puntos porcentuales. Este gasto representa el 43,6% de la inversión total de las compañías farmacéuticas y se traduce en 528 millones de euros en 2019, mientras que la inversión realizada en los centros de investigación de las propias compañías superó los 683 millones de euros.

A nivel geográfico, todas las comunidades autónomas captaron inversiones extramuros por parte de la industria farmacéutica innovadora, con especial relevancia de Madrid y Cataluña, que acapararon el 28% y 25,7% -respectivamente- del total de la inversión. En el caso de Galicia, esta inversión fue de 19,91 millones de euros. «Esta importante aportación de la industria en los centros sanitarios no solo contribuye a su financiación sino también, y muy especialmente, a que los científicos y profesionales sanitarios españoles participen de la vanguardia científica», afirman desde Farmaindustria.

Asimismo, en lo que se refiere al desglose de la inversión en I+D por fases de investigación, el documento remarca que casi un 60% se concentra en la fase clínica, donde España juega un destacado papel internacional.

El informe arroja también datos positivos con respecto a un empleo cada vez más cualificado. El empleo directo de las compañías asociadas a Farmaindustria en tareas de investigación y desarrollo aumentó en 2019 un 4,2% y alcanzó las 5.006 personas, lo que representa un nuevo máximo histórico. A este dato se le suma la elevada cualificación del personal investigador de la industria farmacéutica, pues casi un 88% de investigadores son titulados superiores universitarios.

«Esta elevada preparación de nuestros profesionales es un elemento diferenciador con respecto al resto de sectores. Un empleo de calidad es sinónimo de riqueza para los países. Y si añadimos que el empleo en las compañías farmacéuticas es, en su mayoría, indefinido e igualitario, tenemos la ecuación ideal para considerar a la industria farmacéutica como palanca para la recuperación en España», señala Javier Urzay.

«Un empleo de calidad es sinónimo de riqueza para los países»

 Un sector clave para la recuperación económica del país

La pandemia ha puesto de manifiesto la estrecha relación que existe entre la economía y la salud y cómo este sector en general, y el farmacéutico en particular, se han convertido en estratégicos para la recuperación económica que afronta España. Aquí, los expertos coinciden en señalar que el gasto en salud debe ser una prioridad en las políticas de los próximos años. «Es una inversión, no un mero gasto del cual podemos prescindir ante problemas presupuestarios», aseguraba el mes pasado Antón Costas, catedrático de Política Económica de la Universidad de Barcelona, durante un encuentro digital organizado por Farmaindustria.

Para Costas, la inversión en salud es una apuesta segura y cree que solo así España conseguiría acercarse a cifras europeas. «Desde los años 80, la caída del gasto en salud ha estado relacionada con la caída del tejido económico. Otros países punteros, como Alemania, Francia o Estados Unidos, cuentan con un sistema que potencia la investigación en salud fomentando, por tanto, la fortaleza de sus estructuras económicas».

 «El gasto en salud es una inversión, no un mero gasto del cual podemos prescindir ante problemas presupuestarios»

Los analistas afirman, además, que la investigación biomédica -por su impacto en la salud- se va a convertir en uno de los ejes que van a definir el futuro inmediato de la sociedad. Y la buena noticia, como aseguran desde Farmaindustria, es que España está en una posición de privilegio en este campo. «Nuestro país es ya una referencia en la realización de ensayos clínicos y para algunas grandes farmacéuticas es el segundo país en ensayos tras Estados Unidos».

Al final, si para algo nos ha servido esta pandemia, es para tomar conciencia de lo mucho que dependemos de la ciencia y la investigación. «Ahora sabemos con mucha más certeza que no hay economía sin salud, no hay salud sin fármacos y no hay fármacos sin investigación», explica el director general de Farmaindustria, Humberto Arnés. «Que haya un sector tan comprometido con la innovación es la mejor garantía para el futuro de nuestro país y parte de la solución a la profunda crisis sanitaria, económica y social que atravesamos».