Posicionamiento SEO: ¿cómo referenciar tu sitio en Google?

¿Cómo funciona Google? La respuesta a esta pregunta es quizás el comienzo ideal para desgranar en qué consiste el posicionamiento SEO. Google cuenta con un ejército de robots que visitan a diario billones de páginas webs para clasificarlas y posicionarlas en los resultados de búsqueda.

Antes de eso se desarrolla el “crawl”, un proceso mediante el cual Google se pone a explorar, rastrear y examinar todas las páginas webs a través de sus robots. Si tras este rastreo las condiciones son adecuadas, una página será indexada,; es decir, Google la almacenará en su base de datos para a continuación posicionarla en los resultados de su buscador.

¿Qué criterios se siguen para posicionar una página antes que otra? La respuesta no es sencilla. Google establece cientos y cientos de criterios para ello, desde el número de búsquedas de los términos asociados a esa pesquisa hasta la configuración de ese sitio web en cuanto a que sea responsive -adaptada a móviles-, esté estructurada, tenga metadatos y etiquetas, cuente con un mapa del sitio correcto y otros muchos más factores acerca de la estructura interna de una página web que toca desde todos los textos hasta las imágenes utilizadas y optimizadas.

Si hay algo claro es que el posicionamiento SEO permite atraer un tráfico cualificado hacia tus páginas web. De esta manera, es muy probable que estos usuarios que visitan tu sitio web se conviertan en posibles clientes y, a continuación, en clientes de verdad.

También es crucial que hay un factor para el posicionamiento SEO que tiene más valor que ninguno: el tiempo. Una buena estrategia de posicionamiento web da buenos resultados a largo plazo. Pero, ¿por dónde empezar? La clave está en una buena auditoría SEO y, a continuación, un elaborado plan de acciones que permitan implementar el trabajo de investigación realizado previamente. Como mínimo, hay que esperar seis meses para empezar a ver resultados positivos y, manteniendo la estrategia y observando posibles cambios para que los efectos positivos sigan apareciendo y se pueda seguir avanzando.

Lógicamente, para realizar una completa auditoría es necesario invertir. En concreto, para darle forma a una buena estrategia en la que se analice el sector, las necesidades, la competencia, la estructura y el tamaño del sitio web, los objetivos deseados, etc. podría suponer un desembolso de unos 15.000 euros anuales para una pequeña o mediana empresa o de varios miles de euros mensuales para una empresa de tamaño grande.

Una auditoría SEO, para poder considerarse completa, debe analizar factores específicos como las palabras clave, las estrategias de competencia, el rendimiento del sitio web tanto a nivel técnico como de posicionamiento, la arquitectura y los contenidos que forman el sitio web y no menos importante la calidad y la amplitud del linkbuilding, entendido como los enlaces entrantes y salientes que ayudan a dar una idea a la araña de Google de lo válido y referenciado que está tu sitio web. El profesional encargado de hacer este tipo de estudio es el consultor SEO que, en base a diferentes técnicas adaptadas a las problemáticas específicas será quien plantee la estrategia a seguir.

Evidentemente, no hay una referencia en cuanto a estrategias ya que cada proyecto, cada sitio web, cada negocio tiene unas necesidades específicas y lo que para uno funciona no tiene por qué ser efectivo para otro. Precisamente, es la auditoría la que ayuda a definir las tácticas adaptadas a las necesidades concretas. Sabiendo todo esto, lo único que queda por hacer es ponerse en manos de profesionales que sepan orientar y dar sentido a nuestro plan empresarial gracias a esta ciencia inexacta pero en constante evolución.

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