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Rodeada de un cinturón verde de 610.000 metros cuadrados de especies autóctonas para no interferir con las actividades vinculadas a la ruta del peregrinaje

La planta de GAMA que Altri, a través de su filial Greenfiber, ha diseñado para Palas de Rei será un ejemplo de integración en un entorno natural. Para ello, la compañía invertirá más de mil millones de euros en un proyecto único en el mundo no solo en criterios medioambientales y tecnológicos, sino por su integración con el entorno.

Para ello, Greenfiber ha seguido las pautas y recomendaciones de los organismos vinculados a la UNESCO: en concreto del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS), la Unión Mundial para la Naturaleza (UICN) y el Centro Internacional de Estudios de Conservación y Restauración de los Bienes Culturales (ICCROM). Asimismo, encargó un estudio exhaustivo que concluye que la fábrica, que se sitúa a 3 kilómetros del Camino, solo será visible desde cinco puntos y de manera mínima.

En concreto, se analizó la ubicación y diseño del complejo desde los 20 puntos escénicos claves en el Camino de Santiago y su entorno, los cuales fueron seleccionados tras analizar 73 localizaciones en base a la concentración de personas, la presencia de elementos patrimoniales o bienes de interés cultural, relevancia social, albergues de peregrinos, etc. Asimismo, se estudió especialmente el Castelo de Pambre y su área de protección BIC, y del Castro de Remonde, integrando sus valores, atributos y vulnerabilidad en el marco del desarrollo del Proyecto, priorizando las acciones de conservación y desarrollo.

Con esta premisa, en el diseño y planteamiento de la fábrica se incluyeron las medidas paisajísticas de naturalización y singularización necesarias para seguir las pautas de la UNESCO aprovechando, por un lado, la orografía del terreno, que sitúa las instalaciones más voluminosas en las zonas más bajas, y la creación de un cinturón verde perimetral de 61 hectáreas.

Este cinturón verde supondrá la integración de diferentes variedades de árboles como el Quercus robur (carballo), Castanea Sativa (castaño), Betula celtibérica (bidueiro), Laurus nobilis (loureiro) o Quercus Suber (Sobreira), una especie, esta última, de especial interés por el aprovechamiento de su corteza en varios municipios de la comarca para la obtención y venta de corcho. Además, la compañía propone añadir especies de arbustos como el Arbutus unedo (érbedo), Pyrus cordata (Perereira brava), Lonicera periclyneun (herba salgueira) o Crataegus monogyna (Escambrón).

Otras acciones de protección previstas son la canalización subterránea del agua y la red eléctrica provisional para que no sean visibles por los peregrinos, alejar del Camino las actividades que puedan generar emisiones de polvo o implementar durante la construcción horarios de trabajo que limiten el ruido en las horas más sensibles.

Además, la planta empleará las más avanzadas tecnologías que permitirán captar todos los gases para ser reutilizados en el proceso de producción de energía, de modo que se garantice una ausencia total de malos olores en el entorno.

La compañía se reunió la pasada primavera con representantes de la Federación Española de Asociaciones de Amigos del Camino de Santiago que pudieron conocer sobre el terreno las medidas adoptadas por Greenfiber para que GAMA no afectase al Camino de Santiago.

Ángel Trabada, presidente de la Asociación de Amigos del Camino de la provincia de Lugo y delegado de la española en Galicia, explica que “debemos mantener una comunicación fluida para comprobar que se cumplen todas las medidas que nos trasladaron en esa reunión.

Lo que buscamos no es solo que el proyecto no tenga impacto en el Camino, sino que mejoren el tramo Palas de Rei-Melide”.