Eduardo Valdivielso: «No sirve de nada llevar un balón intragástrico si comemos igual y no hacemos más ejercicio»
Los resultados de los tratamientos endoscópicos de la obesidad, como el balón intragástrico o la reducción de estómago, dependen de la implicación del paciente en el cambio de hábitos
En 2022, una de cada ocho personas en el mundo ya era obesa, según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Recuperar un peso saludable desde la obesidad no es tan sencillo como comer menos y moverse más.
El doctor Eduardo Valdivielso, especialista en Aparato Digestivo del Hospital San Rafael, explica cómo funcionan las técnicas endoscópicas que reducen la capacidad o el tamaño del estómago, un apoyo potente para perder peso y cambiar hábitos de vida.
—¿Qué métodos endoscópicos se utilizan para tratar la obesidad?
Los métodos endoscópicos son los que se realizan introduciendo un endoscopio a través de la cavidad oral. Los más utilizados en nuestro medio son los balones intragástricos y los métodos de sutura.
Los balones intragástricos, al ocupar espacio dentro del estómago, favorecen una sensación de saciedad que ayuda a que los pacientes ingieran menos. Los métodos de sutura disminuyen la capacidad del estómago mediante suturas pequeñas; es decir, empequeñecen el estómago, favoreciendo una saciedad precoz. En este caso, también se producen cambios hormonales que favorecen la pérdida de peso.
Existen otros métodos de uso menos frecuente, como la inyección en el estómago de sustancias como ácido hialurónico o bótox, «destruir» la mucosa del duodeno para que no absorba los nutrientes, o técnicas para cuando se producen ganancias de peso tras una cirugía bariátrica.
—¿Cómo es la experiencia del paciente?
Generalmente, hay que realizar una dieta los días previos para llegar con el estómago en condiciones al estudio endoscópico, así como valorar la suspensión de medicación que pueda alterar la coagulación de la sangre.
El procedimiento de reducción de estómago dura unos 60-90 minutos y es mucho más rápido en la colocación o retirada del balón intragástrico. Ambos se realizan bajo sedación profunda o anestesia general, por lo que no se nota ninguna molestia durante el procedimiento.
La principal diferencia con la cirugía es que la recuperación es mucho más rápida y hay menos complicaciones. El paciente vuelve a casa en el mismo día o a la mañana siguiente. En el caso del balón intragástrico, puede haber molestias como dolor, náuseas o malestar, que ceden pasados unos 7-10 días.
—¿Cómo cambia la vida tras la intervención?
Los balones intragástricos pueden llevarse 6 o 12 meses, dependiendo del balón, mientras que las técnicas de sutura tienen un efecto de al menos 18 meses. Este período hay que aprovecharlo para cambiar y mejorar hábitos para evitar volver a ganar peso.
Las técnicas endoscópicas son un apoyo dentro de un manejo multidisciplinar, que debe ser obligatorio, y que debe implicar a nutricionistas y psicólogos. Estos tratamientos dan un importante empujón, pero no va a servir de nada llevar un balón intragástrico o reducir el tamaño del estómago si vamos a ingerir lo mismo y no vamos a hacer más ejercicio.
—¿Qué resultados se pueden obtener, realistamente?
Los resultados son muy variables y dependen en gran medida de los cambios en los hábitos de vida que lleve el paciente. No obstante, una pérdida del 10% de peso ya se asocia a un gran beneficio a nivel de prevención de patología cardiovascular. Y una reducción del 35% del exceso de peso reduce la mayoría de las patologías asociadas a la obesidad: hipertensión, diabetes, hipercolesterolemia…
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