Más de 130 toneladas de mampostería de granito decorarán el cierre de los accesos al monumento El obelisco sigue creciendo con la mirada clavada en el horizonte del 31 de diciembre. La firma Necso completó ayer la instalación del cristal número 65 de los 174 que cubrirán la estructura de acero, por lo que el Millennium ya luce más de un tercio del vidrio en el que se narrarán, con el trazado pictórico de Porto, los grandes episodios de la historia de A Coruña.
23 sep 2000 . Actualizado a las 07:00 h.Además del ensamblaje de las piezas en el esqueleto metálico del obelisco, los operarios concluyeron ayer los trabajos de cimentación del suelo de la futura sala de usos múltiples, que se ubicará en la base del monumento. Rematada esta fase, el próximo lunes se iniciarán las labores de albañilería, con la construcción de los tabiques que dividirán el salón, el vestíbulo, los aseos y el cuarto de maquinaria. Necso ya ha recibido una carga de 130 toneladas de granito, bloques con los que se tallará la mampostería que adornará los accesos al aparcamiento de vehículos y a la rampa destinada a peatones. En el recinto se custodia también la balaustrada que cerrará la obra y que ha sido confeccionada con el mismo diseño e idéntico material que los que se emplearon en el paseo marítimo de Labañou. Paralelamente, continuará el montaje de los vidrios. Necso dispone de otro tercio del cristal necesario para envolver la estructura, material que se instalará antes del próximo 15 de octubre si no surgen imprevistos. Aunque la próxima remesa de paneles no será enviada por Van Tetterode hasta la primera semana de noviembre, se estudia fletar un convoy a Holanda para recoger antes de esta fecha las vidrieras que ya estén listas para ser colocadas. Durante las últimas jornadas, sólo se tuvieron que detener los trabajos de ensamblaje un día, debido al viento, aunque el plan de obra prevé varias paradas forzosas a causa de los temporales. A salvo de curiosos Por otra parte, Necso ha tomado medidas para mantener, en la medida de lo posible, la sorpresa de la imagen final del obelisco, que sólo se desvelará en toda su magnitud la próxima Nochevieja, una vez que se instale la iluminación en el interior de la Espada de luz. Una malla verde protege ahora el misterio del Millennium de los cientos de mirones que a diario deambulan por Labañou a la caza y captura de la estampa del monumento. A medida que se encajan nuevas piezas de vidrio en el rompecabezas del obelisco se eleva la red que arropa la estructura.