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Elena Quiroga

La Voz

A CORUÑA

XOSÉ CASTRO

CARLOS FERNÁNDEZ PERSONAJES CORUÑESES

09 ene 2001 . Actualizado a las 06:00 h.

Famosa novelista de raíces gallegas, aunque nacida en Santander, que convulsionó la España literaria cuando ganó, en 1951, el premio Nadal con su novela Viento del Norte. El motivo principal, teniendo en cuenta la cerrada sociedad de la época, era su crudeza, especialmente en las relaciones ilícitas que mantenía el viejo señor del pazo. Se decía que era un remiendo de las obras de la Pardo Bazán. Estaba casada Elena con un heraldista que parecía un viejo caballero del siglo XVIII, de eufónico nombre y apellidos: Dalmiro de la Válgoma y Díaz de Varela, con el que se fue a vivir a Madrid al viejo edificio de la Real Academia de la Historia, pues aquél fuera elegido secretario de la institución. Mujer elegante de educado trato, inteligente y culta, sobre todo para lo que se estilaba en los años cincuenta. Íntima amiga de Torrente Ballester, que la propuso, con dos académicos más, para numeraria de la Lengua, siendo la segunda mujer que ocupó este puesto. Su discurso de ingreso versó sobre otro escritor al que admiraba con pasión: Álvaro Cunqueiro. Su obra literaria mantuvo una trayectoria irregular, pues estuvo mucho tiempo sin publicar. Cuando murió, en 1995, estaba escribiendo Grandes soledades, final de la trilogía iniciada con Tristura y continuada con Escribo tu nombre. La muerte de su esposo precipitaría la de Elena, que se tuvo que marchar con su nutrida biblioteca del edificio de la Real Academia y meterse en uno de esos pisos acerillados, con alturas de poco más de dos metros. Seguía viniendo a Galicia a la casa solariega de la familia, en O Barco, y a A Coruña cuando se fallaba el premio Torrente Ballester, de la que era jurado permanente. Recordaba siempre que su primera obra, La soledad sonora, fue publicada por la Diputación.