La primera boda sin hombre

La Voz

A CORUÑA

Las jóvenes Marcela Gracia y Elisa Sánchez Lóriga protagonizaron un escandaloso matrimonio hace cien años Si aún hoy una boda entre mujeres, o entre hombres, llama la atención, puede uno imaginarse la que causó en A Coruña hace cien años el enlace realizado en la iglesia de San Jorge entre las jóvenes Marcela Gracia, de 29 años, y Elisa Sánchez Lóriga, de 32. Obviamente, el párroco, señor Cortiña, no sabía que ambos contrayentes eran mujeres porque una de ellas, Elisa, se había presentado como varón, ocultando su nombre como Mario (su segundo nombre era María) y vistiendo ropas masculinas y un pelo muy corto.

08 jun 2001 . Actualizado a las 07:00 h.

CARLOS FERNÁNDEZ A CORUÑA Todo comenzó en 1888, cuando la joven Marcela Gracia Ibeas, que estudiaba en la Escuela Normal de A Coruña la carrera de Magisterio, llegó a su casa y dijo a su padre, el capitán del Ejército Manuel Gracia, que había conocido a una joven muy simpática, Elisa Sánchez Lóriga, hija de María Lóriga Landeira, viuda de Sánchez. Al principio todo fue bien, pero, ante lo apasionado de la amistad, el militar mandó a su hija a Madrid durante cuatro meses para ver si le pasaba su cariño por Elisa. Mientras tanto, Elisa se marchó a Couso, donde trabajó como maestra interina. Después, obtuvo el grado de maestra superior y ejerció la docencia en Calo. A esta localidad ya se fue con Elisa, que había retornado de Madrid. Tras pasar juntas siete años, Marcela fue destinada a Dumbría, a donde también se fue con Elisa. El padre de Marcela, que vivía en el número 9 de la coruñesa calle del Mercado, falleció durante este tiempo. Sus amistades dijeron que en su muerte influyó el disgusto producido por su hija. Discusión Una tarde de mayo de 1900, la viuda del capitán Gracia recibió en su piso a un joven muy bien vestido que se presentó como Elisa Sánchez. La sorpresa fue grande y algunos vecinos dijeron que hubo entre ambas una violenta discusión en la escalera. Sea lo que fuere, el caso es que al día siguiente la madre de Marcela abandonó la ciudad. Asimismo, en las fiestas de carnaval en Dumbría, Elisa se había paseado por el pueblo en pantalones, lo que estaba muy mal visto. En A Coruña se llamaba despectivamente las pantalonas a las mujeres que usaban esta prenda. Ya en la primavera de 1901, Elisa fue a la Escuela de Magisterio vestida completamente de hombre, lo que causó sensación. Bautismo En abril, Elisa, se presentó al párroco de San Jorge y le dijo que quería bautizarse. Dijo llamarse Mario Sánchez Lóriga y que no había podido bautizarse antes debido a las ideas religiosas de su padre, además de su prolongada estancia en Inglaterra. Fue inscrita en el registro el 26 de mayo, a las 15 horas. En junio, Mario le dijo al sacerdote que deseaba casarse y poco después le llevó una certificación de un sacerdote de Dumbría, en la que se indicaba que habían sido leídas en la parroquia las amonestaciones de su enlace con la señorita Marcela Gracia Ibeas, sin que nadie hubiese puesto reparo. La boda se acabó celebrando el 8 de junio de 1901, a las siete de la mañana, en San Jorge. Mario iba con el pelo muy corto, con flequillo, traje oscuro con pañuelo encorbatado y reloj de bolsillo. Marcela llevaba un traje oscuro con encajes y falda de algún vuelo, así como una peineta sobre el pelo. Fueron padrinos Miguel Hermida y Ricarda Fuentes, viuda del comandante Sánchez. Después de la ceremonia, los desposados tomaron chocolate con churros en casa de la madrina y se retrataron en el establecimiento de José Sellier, el cual, a los pocos días, puso la foto en su escaparate. Después de pasar varios días en dos pensiones coruñesas, el matrimonio salió para Tui en viaje de novios y, luego, a Oporto.