El legado oculto de Isidoro Brocos

La Voz

A CORUÑA

M. CARMEN LÓPEZ LA NOTICIA La Fundación Caixa Galicia compra a un particular 70 dibujos realizados por el artista y sus familiares «No me interesa tanto el dinero, como el hecho de que, a mi muerte, mis colecciones no se dispersen». Esta es la razón que impulsó a Manoel Lousa a deshacerse de 70 dibujos, realizados en su mayoría por el escultor Isidoro Brocos. La Fundación Caixa Galicia ha adquirido el lote, que engrosa así el conjunto de obras de este autor conservado en la institución. La colección privada incluye diseños realizados por otros miembros de la familia Brocos. Los trabajos se encuentran en fase de restauración.

14 jun 2001 . Actualizado a las 07:00 h.

Ejercicios académicos, copias de estatuas y relieves clásicos, alegorías y bocetos de plantas. Éstos son algunos de los ejemplos que componen la colección privada de Manoel Lousa, ahora propiedad de la Fundación Caixa Galicia. Las obras, realizadas a lápiz y carboncillo sobre papel, son en su mayoría creaciones del escultor y dibujante Isidoro Brocos, una de las figuras más destacadas del panorma artístico de A Coruña del siglo XIX. «Por aquella época -cuenta el coleccionista- Isidoro Brocos era profesor de modelado en la Escuela de Bellas Artes de A Coruña. Dio clases a un jovencísimo Pablo Picasso y fue colega del padre de éste». En el lote de obras adquiridas se incluyen diseños de otros miembros de la familia Brocos: Modesto Brocos, pintor y hermano del artista; y los hijos de Isidoro: Florentina, Eugenio y Donnino. La viuda de éste último fue quien vendió los dibujos a Manoel Lousa. Años después, el coleccionista decidió «facilitar» los dibujos a la Fundación. «No quise venderlos a un anticuario, aunque quizá así hubiesen alcanzado un precio superior», asegura Manoel Lousa. Nueva exposición La Fundación Caixa Galicia, que ya organizó en 1989 una exposición entorno a Isidoro Brocos, presentará en los meses próximos una nueva muestra, en la que incluirá las obras recientemente compradas. Manoel Lousa ha conservado, sin embargo, siete obras de la familia Brocos. «Me quedé con las siete mejores», bromea. Lousa, que se define a sí mismo como un «pescudador da historia da arte galega», tiene previsto situar en diversas insituciones culturales todas sus colecciones. Más de cien relojes de cuerda, una pequeña Pasión del barroco popular gallego, o un curioso albúm de vitolas son algunos resultados de su temprana afición por el arte y las curiosidades.