
CHRISTIAN CASARES LA ENTREVISTA Dolores Guerrero, pintora Dolores Guerrero dice que pinta sensaciones. Como inspiración, igual de bueno es un paisaje hermoso, que un tema de actualidad o un programa de «National Geographic». Viendo un reportaje sobre el Serengueti encontró una sensación que le llevó a pintar el paisaje africano en el estudio de su casa. Pero la luz atlántica invade toda su obra. Incluso África acaba iluminada por la luz de Galicia. Ella tiene clara la razón: «Soy muy enxebre», dice entre risas.
01 ago 2001 . Actualizado a las 07:00 h.Ayer, Dolores Guerrero, «un poco nerviosa», inauguró la exposición Los caminos de la luz, que podrá visitarse en el Palacio Municipal hasta el 26 de agosto. -Todas las obras que expone son muy recientes. ¿Se encuentra en un buen momento creativo? -Sí. Ahora estoy bien. Lo que ocurre es que nunca sé sobre qué voy a pintar. Normalmente, la gente piensa que pintar es muy relajante, pero hasta que el tema quiere salir se pasa fatal. Yo a veces me tiro hasta tres días sin que me salga nada e incluso tengo ganas de llorar. -Pero una vez que logra arrancar, supongo que todo irá sobre ruedas. -Cuando comienzo, la satisfacción lo compensa todo. Miro a mi alrededor y trato de recordar sensaciones. Yo pinto sensaciones. Cuando veo algo, hago miles de bocetos. Luego llego a casa, a mi estudio, y lo que pinto no se parece en nada, pero a mi me da igual, porque de lo que se trata es de transmitir la emoción. -La luz y el agua son temas recurrentes en sus cuadros. -Soy muy enxebre. La luz, el agua, y las brumas son muy importantes en todo lo que pinto. No me gusta la luz del Mediterráneo, prefiero la luz atlántica, gallega. Pinto una tormenta en un paisaje del Serengueti y le aplico la luz de Galicia. -¿Es una forma de reivindicar los orígenes? -Yo me considero una ciudadana del mundo, lo que pasa es que el trocito desde el que pintas siempre está más presente. Y eso se ve.