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Desconocidos honran con flores a los dos polizones enterrados en Oza

E. MOUZO A CORUÑA

A CORUÑA

21 ago 2001 . Actualizado a las 07:00 h.

En la cultura gallega, y por ende en la marinera, no existen cadáveres desconocidos. A Coruña creció alrededor del mar y sus ciudadanos acogen a los difuntos sin nombre en su comunidad, como si formasen parte de ella. Así queda constancia en el comportamiento de uno o varios desconocidos con los cadáveres de los dos polizones que el pasado 13 de agosto fueron encontrados muertos a bordo de una bodega del mercante Evangelos repleta de semilla de algodón. En la mañana de ayer, las tumbas que en el cementerio de Oza están registradas con los números 430 y 431, en las que el pasado día 15 fueron enterrados los dos hombres centro-africanos, aparecieron adornadas con flores. A primera hora, en cada una de las sepulturas un jarrón semienterrado acogía un ramo de claveles naturales. Los colores rojos, blancos y verdes contrastan con el gris seco de la tierra que cubre los cuerpos de los dos infortunados. Quizás el anónimo que quiso honrar a estos hombres era conocedor de los colores que forman la bandera de la república de Togo: franjas verdes y un cuadrado rojo que alberga una estrella blanca.