RUBÉN VENTUREIRA EL REPORTAJE Colocan un preservativo al guerrero de Botero que guarda la Domus El soldado que guarda la Domus ha reforzado su protección. Ahora tiene dos escudos. Uno lo sujeta con su mano izquierda desde hace seis años. El otro, un preservativo, se lo han calzado últimamente en su arma más delicada. No es la primera vez que abrigan a este orondo hijo de bronce del colombiano Fernando Botero: hace dos años le pusieron un tutú.
06 dic 2001 . Actualizado a las 06:00 h.Corren tiempos guerreros, pero nada tiene que ver Afganistán en este profiláctico asunto. «Será por el sida», plantea un paseante al pie de la Domus, allí donde El soldado romano fue colocado en 1995. Se refiere el hombre al Día Mundial del Sida. Que se sepa, no obedece a tal razón. Ningún colectivo ha reivindicado la colocación del preservativo. El asunto suena más a gamberrada sana, al contrario que la acción perpetrada por Zar (nada que ver con Mostovoi), que ha puesto su apodo de graffitero en el escudo (ovalado) del mozo. Más pintadas, obra de bobos que comparten cociente de inteligencia con el Zar, ensucian la piedra sobre la que se apoya la escultura. Eso sí que está mal. Lo otro hasta le arranca una sonrisa al director de la Casa del Hombre, Ramón Núñez. «La gente se tiene que expresar artísticamente», contesta. De hecho, sabe que el preservativo cuelga del cilindrín -pocas veces este eufemismo resultó más adecuado- del guerrero y todavía no ha ordenado su retirada. Pieza cara Una expresión artística, pero consentida, fue la que perpetraron en 1999 un grupo de estudiantes. Con el consentimiento del museo, le colocaron un tutú al héroe. Da que hablar el guerrero de Botero. Primero, por su precio. Sesenta millones de pesetas (360.607,26 euros) de 1995, la segunda obra de arte más cara comprada por el Ayuntamiento coruñés. Después, en mayo de 1999, por lo del tutú. Un mes después se supo que había un clon del soldado en una exposición de la obra de Botero celebrada al aire libre en Florencia. El «hermano» italiano El Concello explicó entonces que el escultor realizó tres copias de la escultura y que, cuando se firmó el contrato de compra, se dijo públicamente. Quizá, pero no demasiado alto. El preservativo ha devuelto al eje de la actualidad a nuestro héroe. Defiende menos que Romero en Leverkusen, pero juego periodístico da a mazo. Larga vida, guerrero. Tan larga como tu nueva protección.