
Los residentes reúnen firmas para pedir al alcalde la eliminación del muro de Repsol Concello y Refinería estudian medidas para reducir el impacto de la red de canalización
30 sep 2002 . Actualizado a las 07:00 h.A Los vecinos de la asociación O Cruceiro-Urbanización Soto han iniciado una campaña de recogida de firmas para reclamar la eliminación del muro de la calle Oleoducto. Los residentes denuncian que la estructura de contención, que sigue el trazado de las canalizaciones de Repsol, divide el barrio en dos e interfiere y dificulta las comunicaciones. «No queremos que todas las calles que salen a la calle Oleoducto choquen contra un muro -explicó Rosario Sierra, presidenta del colectivo-, que no se pueda caminar porque de un lado no hay ni aceras, ni tampoco que los buses tengan que maniobrar e invadir las aceras porque no pueden girar». La entidad vecinal ha mantenido un encuentro con directivos de Repsol para solicitar «que bajen más los tubos», explicó, si bien se mantiene a la espera de reunirse con el alcalde Francisco Vázquez. «Agotaremos todas las vías de diálogo y negociación antes de convocar cualquier movilización», indicó Sierra. Ayer mismo, el colectivo se reunió para decidir la formación de una gestora. En cambio, algunos residentes de la zona no descartaban llevar el conflicto a la calle y organizar un corte de tráfico en la avenida de Monelos. Inviable Fuentes de Repsol indicaron que, a demanda del Ayuntamiento, se están estudiando desde hace una semana alternativas para reducir el impacto del oleoducto en la zona. Soterrar más las tuberías parece, a priori, inviable, dado que exigiría paralizar la actividad de la Refinería para realizar las excavaciones necesarias. No obstante, el Concello estudia otras soluciones urbanísticas que consigan no sólo reducir el impacto visual de la estructura, sino hacerlo permeable al paso peatonal e, incluso, resolver, al menos en parte del trazado, la circulación rodada. El oleoducto fue construido en 1964 y el muro de la discordia se levantó con la apertura de la avenida de los Caídos, dado que al rebajarse la cota del monte era necesario levantar contenciones. Las actuaciones urbanísticas proyectadas, entre ellas las de Eirís, han ido alterando también el aspecto de la construcción, que en algunos puntos sobrepasa en dos metros de altura la rasante de la calle.