Atrapado en el tiempo

S. Basterrechea A CORUÑA

A CORUÑA

Con sólo apretar una tecla, el ordenador se le llena de almanaques de medio mundo. A José María Barja no se le escapa una fecha, ni siquiera la de la jubilación del rector

13 mar 2003 . Actualizado a las 06:00 h.

No es el hombre del tiempo, pero cada mañana le sigue la pista a través de catorce calendarios distintos. En el ordenador de su despacho habitan el gregoriano y el islámico, el revolucionario y el hindú, pasando por el persa, el copto, el armenio, el egipcio, el etíope o el maya. Están todos los almanaques menos el de Pirelli. «Los calendarios son la primera aplicación práctica de las matemáticas, todas las culturas se han preocupado de planificar su tiempo», asegura José María Barja, decano de Informática. Su afición comenzó allá por los años ochenta, cuando se planteó por qué cerraba la bolsa de Tokio un martes o por qué la Semana Santa nunca caía en las mismas fechas. Pero tener en cuenta en paso del tiempo también tiene otras utilidades. Para el portavoz de la oposición una de ellas es saber cuántos días faltan para la jubilación del rector. Los cuenta desde hace tiempo. Quedan 115 días con sus respectivas noches hasta su cumpleaños y 200 si Meilán Gil agota el mantado hasta final de curso, el 30 de septiembre. «Ésta es una aplicación trivial, lo peor es contar que los directores y decanos llevamos 277 días en funciones», comenta. Distintas fechas El setenta aniversario de Meilán Gil no caerá sólo en San Fermín. Por el calendario juliano, de los ortodoxos, tocará 13 días antes, el 24 de junio. Por eso, aunque Cervantes y Shakespeare murieron el 23 de abril de 1616, explica Barja, no fue el mismo día. «Al menos, no físicamente». Falleció antes el autor de El Quijote , por el calendario gregoriano. El sistema islámico de medición del tiempo sitúa la jubilación del rector en 1424, mientras que el judío la coloca en el 5763. Para el calendario revolucionario será en el mes mesidor del año 211; para el hindú, en el 5104, y en el 1719 para el copto. «Es decir, en avión puedes viajar en un momento del siglo XV al año cinco mil y pico», señala. Coincidencias Las coincidencias del tiempo entre calendarios hacen que, según el nuestro, un musulmán pueda celebrar su cumpleaños dos veces al año, que aterrices en Irán en el año 1382 o que las semanas tengan diez días, como en el revolucionario. No triunfó, obviamente. «El más perfecto y complicado para mí es el hindú, una mezcla entre el solar y el lunar, el persa es de los más modernos, lo implantó el Sha, el más sencillo, el islámico, y uno muy raro, el de Bali, porque los días tienen unos nombres...», relata. Aunque no se le repite el mismo día todos los días, Barja es un decano atrapado en el tiempo, como en la película. «Lo de la marmota sólo se cumple el 25% de las veces. Lo dicen las estadísticas».