
Dos bomberos resultaron heridos en el siniestro, que se produjo cuando había 150 personas ingresadas en el sanatorio de la Ciudad Vieja
31 may 2003 . Actualizado a las 07:00 h.Desde la Fábrica de Tabacos al teatro Colón y el cuartel de infantería, no hay edificio importante de la ciudad que no haya tenido su incendio. Algunos sólo les afectaron parcialmente, pero en otros la destrucción fue casi total. Así ocurrió el 13 de febrero de 1946 con el Hospital Militar de la Ciudad Vieja. Todo comenzó a las ocho de la mañana, cuando uno de los sanitarios que estaba de servicio se dio cuenta de que en la sala número diez, dedicada a hospitalización de medicina y que estaba ubicada en el ala Este, había bastante humo. Inmediatamente avisó al resto del personal del centro sanitario. Minutos después, las llamas ya alcanzaban el techo de la sala. Viendo la dificultad de extinguirlo con los medios de que se disponía, se avisó al servicio de bomberos y a las fuerzas militares de la guarnición, al mismo tiempo que se dispuso salvar a los enfermos y heridos que estaban hospitalizados, colaborando especialmente las monjas de la caridad que se encontraban de servicio en el Hospital. Las tropas del parque de transmisiones y las de artillería fueron las primeras en llegar. Posteriormente lo hicieron los bomberos, con un tanque y un coche. Dado el incremento que el siniestro iba tomando, poco pudieron hacer. Resultaron heridos leves los bomberos Jesús Calvo y Manuel Ortiz. El número de hospitalizados era de 150, siendo la mayor parte trasladados al hospital del montiño. El resto se acomodaron en los locales de la VIII Agrupación de Sanidad Militar, en el cuartel del campo de la Estrada. Se evitó, asimismo, la propagación del fuego a las nuevas edificaciones realizadas dentro del recinto y a la capilla del Buen Suceso, si bien esta última sufrió daños en la techumbre. Daños Los daños fueron cuantiosos, por cuanto el edificio quedó totalmente destruido. El material de radiología y la mayor parte del arsenal quirúrgico se perdieron, igual que los servicios de farmacia y el archivo y documentación clínica. Se logró salvar, en cambio, buena parte del material de especialidades que se hallaba instalado en la nueva construcción del lado Este del establecimiento. Tampoco sufrió daño el almacén de ropas. Según la investigación realizada, la causa del incendio fue un cortocircuito que se supuso producido en el desván y sobre el cielo raso de la sala número diez. Se descartó que se hubiera iniciado en las cocinas, ya que la persona que se dio cuenta del fuego observó que éste se producía de arriba a abajo. Nostalgia Era director del centro sanitario el coronel León Romero y jefe de los servicios del mismo el teniente coronel Julián Rodríguez. Entre lo mucho escrito sobre el incendio, destacaría un nostálgico artículo en La Voz de Galicia del polígrafo Carlos Matrínez-Barbeito, que manifestaba en un párrafo: «Yo, que paso la vida marchándome de A Coruña, tenía una especial debilidad por aquel muro enjabelgado que relumbraba al sol. Cuando ya el tren culebreaba para meterse en el túnel del Pasaje, el Hospital Militar era la postrera visión que ofrecía la ciudad».