Aceite contra el chapapote

Lucía Mateo A CORUÑA

A CORUÑA

FOTOS: EDUARDO

En directo | Bañistas afectados por el fuel El mal tiempo y el tipo de marea que llega a las playas de Riazor y el Orzán están acercando más fuel a la costa. Protección Civil atiende cerca de 200 personas cada día

30 jul 2003 . Actualizado a las 07:00 h.

«El lunes fue el peor día, pudimos ver trozos de chapapote en el agua de Riazor», asegura Raquel Cid. Rodeada de sus amigos, la joven muestra una pequeña mancha de fuel en su tobillo izquierdo. «Me lo voy quitando poco a poco, pero siempre que podemos acudimos a Protección Civil, donde nos limpian con toallitas y aceite», asegura. El mal tiempo de los últimos días y el cambio de marea son los causantes de que llegue más fuel a las playas de A Coruña, según afirmaron miembros de Protección Civil. «Al haber mar de fondo hay muchas más algas, y éstas vienen cargadas de chapapote», declaró el Jefe de Playa, Antonio Ferreirós. Su labor es coordinar a los miembros de Protección Civil, que vigilan las playas de Riazor y el Orzán para que todo salga según lo esperado. Limpieza a pie de playa «Atendemos una media de 200 personas por día, que llegan a los puestos con alguna mancha de chapapote en la piel o en los bañadores», afirmó Antonio Ferreirós. Cuando alguien se presenta con este problema en alguno de los puestos instalados a pie de playa, es atendidos con rapidez. En primer lugar se examinan las manchas con precaución, aunque todavía nadie presentó alergias en la piel. El fuel puede salir con facilidad gracias a las toallas de papel empapadas en aceite que ya tienen preparadas. Según los miembros de Protección Civil, lo más adecuado es llevar chanclas a la playa y acudir al puesto al final de la jornada, ya que «pueden mancharse varias veces y es más incómodo para ellos que vengan cada vez que esto pasa». Los más precavidos comienzan a llevarse botellas llenas de aceite para realizar la operación ellos mismos. Otros bajan hasta la playa para recoger con bolsas de plástico los residuos que van llegando. Jugar con los pies negros «Estaba nadando en la orilla y me avisó un amigo de que estaba todo manchado», recuerda Abel, que tiene las manos y la barriga llenas de chapapote. Él es uno de los muchos niños que, estos días, juegan con las galletas de fuel que encuentran en la orilla. A pesar de su corta edad, muchos de ellos son conscientes del problema. «Hay mucho chapapote, si se te queda en la ropa no se puede quitar», asegura indignada Sara, de cinco años. Los inspectores de la fundación europea de Educación Ambiental se pasearon ayer por las playas de Riazor y el Orzán. Ambas mantienen la bandera azul, pero pueden llegar a perderla si sigue entrando más fuel.