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Un actor de postín en el Cantón

Carlos Fernández A CORUÑA

A CORUÑA

BLANCO

Historias de A Coruña | Mel Ferrer visitó la ciudad en 1965 El intérprete y director hizo una escapada a la urbe aprovechando el rodaje en España de la película «Cabriola». Ese mismo día, El Cordobés toreó en la antigua plaza

20 sep 2003 . Actualizado a las 07:00 h.

Curiosamente, su estancia en A Coruña sólo mereció una foto de Alberto Martí en La Voz con un pequeño comentario. Y es que en aquella fecha, el 31 de julio de 1965, la ciudad estaba en plena efervescencia veraniega: toreaba El Cordobés, y Franco, al que agradaba el matador, fue a verlo al coso de la avenida de Finisterre. De ahí que el interés informativo fuese el diestro de Linares y a él dedicaba La Voz la entrevista de Luis Caparrós, manifiesto detractor de su forma de torear. Entre las joyas literarias del diestro de Palma del Río se encontraba esta: «Las mujeres son lo mejó del mundo, pero los toros no me dejan tiempo para andá eligiendo». Algo de cierto había en ello, pues el matador se acostaba con lo primero que le pusiesen a tiro, aunque en A Coruña, relata Caparrós, le esperaba «una misteriosa admiradora de 18 años y ojos negros y profundos que ponían oscuridad en la mañana luminosa». Por la tarde, El Cordobés cortó dos orejas. Franco le recibió en el palco, departió con él y le regaló una pitillera de plata con el guión del Generalísimo. Por eso, la visita de Mel Ferrer pasó casi inadvertida. El famoso actor norteamericano, que entonces estaba casado con la no menos famosa Audrey Hepburn (se divorciaría en 1968) se encontraba en España dirigiendo la película Cabriola , interpretada por la joven Marisol y los bailadores Antonio y Rafael de Córdoba. Era una comedia musical intrascendente, que se estrenaría con algún éxito a finales de ese año en el cine Fantasio de Madrid. Poco antes, había sido uno de los intérpretes de La caída del Imperio Romano , producida por Samuel Bronston y rodada en parte en los estudios que éste tenía en Madrid. Al año siguiente se estrenaría otra película de ambiente español: El Greco . Mel Ferrer llegó a la capital coruñesa procedente de Santiago. El viaje era de riguroso incógnito y el actor se permitió el lujo de pasear tranquilamente por la Ciudad Vieja, la Dársena, torre de Hércules y los Cantones. Aquí fue identificado por los transeúntes, que le pidieron que les firmase autógrafos. Uno de ellos avisó a Foto Blanco, que, rápidamente, se desplazó al Cantón Grande, haciéndole la foto que al día siguiente apareció en La Voz. Mel Ferrer estaba a la altura del Café Galicia (donde hoy está la Barrié). A su lado aparecía uno de los botones del bar con cara sorprendida, igual que las jóvenes que le solicitaron autógrafos. El actor, con barba, vestía un traje con corbata de color oscuro y camisa clara. Por la tarde, Mel Ferrer regresó a Santiago, en el momento en que el Caudillo, en su Rolls Royce negro, se dirigía a la plaza de toros para ver la corrida de la feria.