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La ciudad que cayó bajo la piqueta

Luís Pousa Rodríguez
Luis Pousa A CORUÑA

A CORUÑA

EDUARDO

Reportaje | El COAG prepara un volumen sobre las «Arquitecturas desaparecidas» El teatro Emilia Pardo Bazán, el antiguo mercado Da Guarda, el hotel Palace o el asilo de Adelaida Muro son algunos de los grandes edificios que se llevó el siglo XX

04 oct 2003 . Actualizado a las 07:00 h.

? Basta con abrir un álbum de postales antiguas. El lector menor de treinta años apenas reconoce la ciudad que tiene ante sus ojos. Sobreviven al paso del tiempo y de la piquetas algunos símbolos irrenunciables, como la torre de Hércules o el Obelisco. Pero otras joyas de la arquitectura local han sido barridas literalmente del mapa a lo largo del siglo XX. Cayeron el Teatro-Circo Emilia Pardo Bazán, el mercado Da Guarda diseñado por Pedro Mariño, la casa gótica de O Parrote, el colegio de los Maristas en la calle Betanzos, el asilo de ancianos de Adelaida Muro o la Estación del Norte (en A Gaiteira). Son sólo un puñado de ejemplos de los edificios que ha devorado el siglo XX. Más allá de las demoliciones de inmuebles, la centuria ha visto cómo calles enteras cambiaban por completo su fisonomía. Es el caso de los Cantones (apenas reconocibles hoy para un coruñés de 1900) o de San Andrés, donde resisten los últimos vestigios de la que fue hace unos lustros la gran vía comercial de A Coruña. Del asilo a Fenosa Los expertos de la delegación coruñesa del Colegio Oficial de Arquitectos de Galicia (COAG) están preparando el volumen Arquitecturas perdidas , un estudio en el que se reúne la historia de los cien edificios más emblemáticos que han sido derribados a lo largo del siglo XX. Fernando Agrasar, responsable de la comisión de cultura del COAG en A Coruña, explica que el objetivo de esta publicación es prolongar el trabajo realizado con la edición de la Guía de arquitectura , un libro en el que se documentan los principales edificios de la ciudad, desde los templos románicos hasta construcciones recientes, como la Domus. «Desgraciadamente, algunos de esos edificios ya han desaparecido, como el asilo de ancianos de Adelaida Muro o la sede de Unión Fenosa en Fernando Macías», apunta Agrasar. Sin nostalgias «La edición de este trabajo no trata de ser un ejercicio de nostalgia, sino de provocar una reflexión sobre lo que todavía existe y fomentar su conservación. Por ejemplo, ahí está el edificio de la Fábrica de Tabacos. Su desaparición no sería una pérdida irreparable para la arquitectura mundial, pero sí para la historia de A Coruña, porque se destruiría una parte crucial de su historia y de su forma de vida en otra época», explica Agrasar. «No hay nada intocable», subraya este experto. Admite que el paso del tiempo y la evolución de las ciudades conllevan, inevitablemente, la destrucción de antiguas formas de arquitectura, que son sustituidas por inmuebles más modernos. «La única cuestión -matiza- es que aquello que se construya en lugar de lo derribado sea algo mejor». Como ejemplo cita la creación, sobre el solar de la antigua sede de Unión Fenosa en Fernando Macías, «de un edificio completamente artificial, en el que se falsifican las clásicas galerías de A Coruña». «Para eso no merece la pena demoler lo que ya existe», recalca. Un centro «muy localizado» ¿Se ha destruido más en A Coruña que en otras ciudades de similares características? Según este especialista, la singular geografía de esta urbe marca las diferencias. «Hay un problema de configuración de la ciudad, porque el centro está muy localizado en unas cuantas calles y es muy denso, y la posición es muy importante. Esto se puede ver clarísimamente en los Cantones, que hace un siglo eran una fachada continua de galerías y que han sufrido una gran evolución para acoger las sedes de instituciones como el Banco Pastor, la Fundación Barrié y, actualmente, la Fundación Caixa Galicia», aclara el responsable de cultura del COAG. Entre las pérdidas más significativas registradas a lo largo del pasado siglo figura la destrucción, en 1936, de la llamada Casa Gótica del Parrote. Era éste el único edificio civil de la Edad Media que se conservaba en A Coruña, donde la única arquitectura medieval que aún permanece en pie es la institucional (fundamentalmente la religiosa). Pero los templos no siempre han sobrevivido a la piqueta. Uno de los casos más recientes ha sido la demolición de la iglesia de los Jesuitas en Juana de Vega. «No era una obra de arte, pero se trataba de un templo, de un espacio público que ha sido sustituido por un bloque de apartamentos completamente trivial, algo que contribuye al empobrecimiento del urbanismo», subraya Agrasar. El asilo de Adelaida Muro, diseñado por Juan de Ciórraga en el XIX, es el último fragmento barrido por una modernidad mal entendida.