Reportaje | Los secretos de la geografía coruñesa El escritor Javier Marías es el rey de Redonda, un peñasco de las Antillas bautizado por Colón en 1943. Pero A Coruña también tiene su particular reino de Redonda
08 may 2004 . Actualizado a las 07:00 h.?uentan que en noviembre de 1493 Cristóbal Colón bautizó un peñasco del Caribe como isla Redonda. Desde 1997, por un curioso laberinto de azares, el escritor Javier Marías es Xavier I, rey de Redonda, monarca de un reino más literario que real que cuenta con su propia aristocracia. El islote caribeño, apenas una roca en medio del mar, está situado entre las islas de Antigua y Montserrat. A miles de millas del Caribe, frente a una costa cuajada de tojos, se levanta la otra isla de Redonda. La Redonda coruñesa se levanta a sólo unos metros del litoral, entre las calas de O Portiño y Bens. Comparte archipiélago, por llamarlo de alguna forma, con las islas de San Pedro, las Maceiras y, más hacia el Norte, O Rompedoiro y Melón o Bostelo. Cuando la marea está baja, la isla Redonda deja de ser isla y se queda atada a la costa por un hilo de arena y espuma. Como en su homónima de la otra orilla del Atlántico, no hay habitantes en este peñasco que, en realidad, tampoco es que sea precisamente redondo, sino más bien alargado. Desde el islote se contempla, a lo lejos, punta Langosteira, el saliente que dará abrigo al futuro puerto exterior de A Coruña, en la costa de Suevos (Arteixo). No hay demasiada literatura en la Redonda coruñesa. Ni monarquía, ni aristocracia (ni siquiera la nobleza enxebre de O Portiño pisa esta roca). La única historia conocida que circula sobre la isla sostiene que un buque griego quedó encallado en sus bajos hace ya muchos lustros. En la geografía coruñesa hay otros dos reinos de Redonda. En la falda del monte de A Zapateira, en los límites del barrio de Palavea, está la famosa Pena Redonda, que da nombre al centro escolar situado junto a la planta de Coca-Cola. Más lejos de la ciudad, en la llamada playa Grande de Miño, se ubica la punta Redonda.