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De Capitanía al paredón

Carlos Fernández A CORUÑA

A CORUÑA

XOSÉ CASTRO

Historias de A Coruña | El general Salcedo fue fusilado en 1936 En tan sólo unos meses, Enrique Salcedo Molinuevo pasó de ser la máxima autoridad militar de Galicia a ser ejecutado por no adherirse al alzamiento contra la República

26 jun 2004 . Actualizado a las 07:00 h.

Enrique Salcedo nació en Salamanca el 15 de julio de 1871 (su madre era de Filipinas). Ingresó en la Academia de Infantería en agosto de 1888 y participó en las campañas coloniales y la guerra de Marruecos, donde obtuvo la medalla militar individual. Casado con la joven gallega Amalia Portela, alcanzó la graduación de general de división en 1928 y en 1931, al proclamarse la Segunda República, era gobernador militar de Tarragona. A pesar de su amistad con el general Sanjurjo, no secundó su golpe de Estado contra la República el 10 de agosto de 1932. El 11 de enero de 1936, fue nombrado general jefe de la VIII División Orgánica (comprendía Galicia, Asturias y León), cargo en el que fue refrendado por el Gobierno del Frente Popular. Al mando de esta División le sorprendió el alzamiento contra la República de julio de 1936. Al revés que el general Caridad Pita, jefe de la 15 Brigada de Infantería de A Coruña y ferviente republicano, Salcedo se mantuvo indeciso. En su ánimo estaba la intentona fallida de Sanjurjo y que él tenía 65 años. Le quedaba uno para el retiro. Miñones, diputado coruñés de Unión Republicana, tuvo una entrevista el día 19 con él y parece ser que insistió en el riesgo que para su carrera suponía participar en el golpe. De todas maneras, comentó: «Si me lo dice don José, yo me sumaría al alzamiento». Don José era el general Sanjurjo, quien ya no le podía aconsejar nada: murió ese mismo día en un accidente de aviación en Cascais (Portugal) cuando venía a Pamplona para asumir la dirección del golpe. A las cinco de la mañana del día 20 (en Galicia la rebelión comenzó con dos días de retraso), Salcedo se entrevistó en el Palacio de Capitanía con Caridad Pita. Éste le advirtió de la rebelión que preparaban en los cuarteles militares como el coronel Martín Alonso y el teniente coronel Montel, secundados por el jefe de Estado Mayor provisional de Capitanía, el teniente coronel Tovar. Avanzada la mañana, tuvo lugar en Capitanía un forcejeo con Salcedo, que había destituido a Tovar. Varios jefes intentaron que cambiase de parecer y revocase la orden. Los sublevados le habían cortado el teléfono. Cuando mandó a un ayudante para que llamase a la guardia y se llevasen detenido a Tovar, entró el capitán Galán y, pistola en mano, le introdujo otra vez en el despacho. Salcedo se vio impotente para controlar la situación y el capitán Jack Caruncho acabó diciéndole que estaba destituido. Salcedo llamó traidor a Tovar. No obstante, sus subordinados le rogaron que se sumase al alzamiento y suguiese de jefe de la División, mientras el coronel Cánovas se encargaba de la Brigada (Caridad Pita era ya prisionero). Salcedo se pronunció entonces : «Yo, ante la violencia, entrego el mando a Cánovas. Creo que ustedes se equivocan, pero hagan lo que quieran». Ya como prisionero, y triunfante la rebelión en A Coruña, Salcedo Molinuevo fue trasladado a Ferrol, junto con Caridad Pita, en el buque correo Plus Ultra , convertido en prisión militar flotante. Después, ingresaron en el Castillo de San Felipe.