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Una romería con solera

Carlos Fernández A CORUÑA

A CORUÑA

FOTO BLANCO

Historias de A Coruña | Fiestas populares Aunque el actual parque de Santa Margarita fue inaugurado el 15 de julio de 1977 por el alcalde Liaño Flores, lo cierto es que ya se venían celebrando fiestas desde los años 30

28 ago 2004 . Actualizado a las 07:00 h.

Durante muchos años, Santa Margarita permaneció como un descampado, con una cantera abandonada y una estructura del palacete (hoy Casa de las Ciencias), que recordaba el de Hiroshima después de la bomba atómica. Fue en 1929 cuando el Ayuntamiento coruñés adquirió los primeros terrenos del entonces lejano monte, con la intención de crear un parque que sirviese de esparcimiento a sus moradores. La ciudad tenía 75.000 habitantes y el presupuesto municipal no llegaba a los cinco millones de pesetas. Fue esta escasez la que hizo que la urbanización del recinto, que se iba a llamar parque Joaquín Costa, fuese demorándose. La Guerra Civil del 36 arrinconó todavía más el proyecto, que renació cuando en mayo de 1947 llegó a la alcaldía Alfonso Molina. Al año siguiente, el arquitecto Juan González Cebrián, que había obtenido el Premio Nacional de Arquitectura con un trabajo sobre los jardines españoles, presentaba un proyecto sobre el parque de Santa Margarita. Pero éste no llegaría a realizarse por problemas económicos. A comienzos de los 50 comenzó a construirse, donde hoy está la Casa de las Ciencias, un palacete, del que sólo se terminó la estructura y que permanecería así hasta que el alcalde Vázquez decidió darle el impulso definitivo. El monte, no obstante, sirvió para esparcimiento de muchos coruñeses, con algunas celebraciones tradicionales, como la romería del último domingo del mes de agosto, que se reanudó tras la Guerra Civil. La romería contó con algunas visitas del Caudillo, especialmente cuando estaba de alcalde Alfonso Molina. Al Generalísimo, siempre con traje, corbata y gorra de capitán de yate, le gustaba sentarse a la sombra de los pinos y degustar la típica empanada, especialmente la de xoubas, mientras su esposa Carmen Polo prefería el pulpo á feira. La visita más sonada fue la del 30 de agosto de 1953, en que llegó acompañado, además del alcalde Molina, por el capitán general Mohamed Ben Mizzian y su esposa Fadela Amor. No hubo problemas de comida, pues la religión musulmana que practicaba este ilustre matrimonio era compatible con la mayoría de las viandas que se sirvieron: empanadas, pulpo, mejillones, queso, percebes, pimientos y rosquillas. La excepción fue el vino de la tierra, aunque Franco tampoco era partidario de él y solía pedir un refresco. Competición Dentro de los actos propios de la romería, uno de los más tradicionales son los concursos de empanadas, que suelen celebrarse en el pequeño auditorio de cemento ubicado cerca de la antigua cantera. Una vez producido el fallo del jurado calificador, las empanadas se cuartean en pequeñas raciones y se reparten entre el público asistente. Ello motiva vibrantes disputas, pues todos quieren un trozo de aquellas, e incluso varios para llevárselos en bolsas de plástico a sus casas. Paralelo a este concurso se celebran actuaciones de conjuntos de música popular, así como exhibiciones de baile regional.