PLAZA PÚBLICA | O |
05 jul 2005 . Actualizado a las 07:00 h.MERCED A LA visita de tres profesores catalanes, interesados en la etapa coruñesa de Picasso, subí por enésima vez al segundo piso del número 14 de Payo Gómez para aspirar el aire de aquel período de 1891-1895 en que el genial artista malagueño ocupó la vivienda. Volvimos a recordar aquel final del siglo XIX en compañía de los barceloneses Francesc Granell Trías, Montserrat Casanovas Ramón y Joan Clavera Monjanell, y del compostelano-coruñés Arturo Brea Pasín, el escultor y académico de Bellas Artes admirador de Isidoro Brocos, el maestro coruñés de Picasso. Una vez más el interés de estos visitantes me confirmó la importancia de haber tenido aquí, en A Coruña, como ilustre ciudadano, al pintor más importante del siglo XX; y me hizo pensar que el Ayuntamiento debe seguir en el intento de hacer realidad la Casa Picasso, un museo con recuerdos, reproducción de obras, biblioteca con los centenares de libros que hablan de A Coruña y Picasso, (la Asociación Picasso los tiene), expedientes académicos de sus estudios aquí... Evidentemente ello cuesta mucho dinero pero el esfuerzo valdría la pena con la proyección de la ciudad al mundo del arte. Los amigos catalanes así nos animaron. Ellos saben lo que dicen...