Entrevista | Juan M. Corral El coruñés ha publicado un libro sobre el director americano, al que considera un «Frankenstein que crea a partir de los retales de otros», y otro sobre la Ealing
07 oct 2005 . Actualizado a las 07:00 h.Coruñés del 74, Juan M. Corral se hizo un hueco en la literatura sobre cine con Hammer: la casa del terror , una puntillosa autopsia a la mítica productora. Se publicó a finales del 2003. Después escribió Quentin Tarantino: excesos y cinefilia (Dolmen), y recientemente ha escrito Los estudios Ealing, cómicos a go gó (T&B Editores). -No mucho, pero es el libro que mejor se ha vendido. El cine que gusta ahora es espectáculo y punto, aunque sea mal espectáculo. A la chavalada le atrae lo que hace Tarantino. -¿Y a usted le atrae? -No me gustaba nada antes de escribir el libro, pero ahora me parece un personaje curioso. Es como un doctor Frankenstein que crea una criatura propia a partir de los retales de otros. Si Tarantino llega a ser músico, sólo haría versiones. -Se dice que «Reservoir Dogs» es hermana gemela de una película asiática. ¿Lo confirma? - City on fire . Es una película producida en Hong Kong y dirigida por Ringo Lam. Del año 87. Es calcada a Reservoir Dogs , que es del 92, aunque los diálogos no tienen nada que ver. En el libro salen fotos en las que se aprecia ese parecido. -¿Ha entrevistado a Tarantino? -No, seguro que me cobraría. -Cuente alguna anécdota poco conocida... -Mintió para acceder a Hollywood. Dijo que salía en una película de Godard, y, cuando esa película se estrenó, él no había nacido. -Pasemos a la Ealing. ¿Por qué un libro tan especializado? -La idea me la dio una periodista de A Coruña, Montse Barba, cuando me hizo una entrevista sobre el libro de la Hammer. Es otra productora mítica, no había casi nada escrito sobre ella en España, sólo un librito que se editó con motivo del Festival de Cine de Valladolid, y eso me acabó decidiendo. -La Ealing produjo grandes comedias, como «Oro en barras» o «El quinteto de la muerte». Habrá disfrutado mucho mientras se documentaba... -Esas películas tienen un humor tan surrealista y tan inglés.... Nada que ver con Los Morancos de Triana (risas). Este estudio cambió la historia del humor en el cine. Antes estaba basado en golpes; con la Ealing empezaron los juegos de palabras, los chistes que tardan quince minutos en resolverse... Estaba el humor de Charlot, de un tío vestido de mujer que andaba a trompicones, y llegó la Ealing con el suyo, que tiene otra capa de entendimiento. -¿Habló con algún mito de estos estudios? -Están todos muertos. Sigue existiendo, pero ya no produce, sólo funciona como plató. Algunas de las escenas de la última de La guerra de las galaxias se rodaron en la Ealing. -¿Descubrió algún episodio oscuro? -Sí. Aunque siempre se le asocia con las comedias, éstas ocupan poca parte de su producción. La Ealing hizo más películas bélicas. En la época de la Segunda Guerra Mundial, el gobierno británico exigió esta temática. A los estudios no les hizo mucha gracia, pero no les quedó más remedio. En una película de la Ealing hay un nazi que utiliza los mismos latiguillos que Winston Churchill.