Reportaje | Una transformación espectacular Una foto de la exposición de Alberto Martí en Palexco recuerda cómo era el litoral del Matadero y el Orzán en los años cincuenta, cuando estaba tomado por industrias e incluso por un basurero
21 abr 2007 . Actualizado a las 07:00 h.El visitante entra en la magnífica exposición de Alberto Martí en Palexco y, tras unas cuantas vueltas de tuerca a la memoria, se queda inevitablemente detenido ante una fotografía, la de formato más grande del medio centenar reunidas. Se ve el paseo marítimo antes incluso de la existencia de la avenida Barrié de la Maza, que fue el germen de la obra más emblemática de la era vazquista. La marea está alta, así que apenas se divisa arena. La coraza que separa la playa del Matadero de la del Orzán sigue tal cual. La mayoría de los edificios ya han sido demolidos. La imagen simboliza la metamorfosis del litoral. Hubo un tiempo en el que A Coruña dio la espalda al mar, y fue congelado por la cámara de Martí. El autor sitúa la panorámica «en torno a los años 50». El historiador Carlos Fernández precisa más: «A finales de los 50». De izquierda a derecha, Alberto Martí ve el matadero (1897-1988), «que ocupaba el solar donde hoy está el hotel Meliá María Pita». Después, los Salesianos. El recorrido continúa por la fábrica de gas, que databa de 1854 y que se ubicaba en la calle del Socorro (hoy Juan Canalejo), «con su gran chimenea, que tuvieron que venir a desmontar dos catalanes». Pedimos al periodista Vicente Leirachá si puede añadir más luz a este pasado en blanco y negro. Corrobora lo apuntado por Martí y añade que esa montaña que se ve en lo que hoy es la playa del Orzán es «el basurero de la época». El tratamiento de residuos también ha cambiado para mejor. Leirachá también sostiene que a la izquierda de la foto se ve parte del muro de la finca de los Mariño, solar cuya expropiación ha anunciado Medio Ambiente. Parte de ese muro se conserva. Buscamos una tercera fuente en el veterano fotógrafo Xosé Castro. Reconoce la conservera del Orzán, la Casa de Sol (aún en pie) y la fábrica de muebles Cervigón. «En el rincón de Cervigón, las muchachas del Papagayo bajaban a tomar el sol», rememora. Sigue: otea el lavadero del Orzán y, ya donde casi se acaba la fotografía, el cuartel de bomberos. «No se llega a ver la coraza de Orzán-Riazor», defiende Castro, que precisa que la panorámica acaba «en la calle donde empieza el ambulatorio de San José». Hay debate sobre el puntiagudo saliente que se divisa tras maderas Cervigón. Martí, Leirachá y Fernández defienden que es «la cúpula de la iglesia de las Jesuitas, en Juana de Vega». «Por una cuestión de perspectiva», Castro lo señala «como la cúpula de la sede de Caixa Galicia en San Andrés». Añade este fotógrafo que el elevado inmueble de la derecha de la foto no es el hotel Riazor, como creen muchos de los visitantes de la exposición, «sino el edificio de Caixa Galicia en Rúa Alta». Y con Xosé Castro acaba el paseo por el tiempo. Los coruñeses aún pueden dárselo en Palexco. La exposición Instantes coruñeses estará abierta hasta hoy.