Ocho propuestas para honrar a las víctimas de O Portiño

Rubén Ventureira

A CORUÑA

29 dic 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

La huida de nunca jamás, la de las cien personas que en la noche del 3 de marzo de 1937 intentaron embarcar en O Portiño hacia el exilio, busca artista que la plasme en un monumento. Hay ocho propuestas, firmadas por otros tantos artistas: Pepe Galán (que aporta dos proyectos), Gonzalo Souto Blázquez, Óscar Manuel Brandariz García y Jesús Dopico Gómez, Secundino Rivera, Alberto Feijoo Rodríguez, Santiago Mahía Corral y Javier Paz Taibo. Las maquetas o bocetos se exponen desde ayer en la casa museo de Casares Quiroga, en la calle Panaderas.

La iniciativa corresponde a la Comisión pola Recuperación da Memoria Histórica da Coruña, que preside el ex concejal nacionalista Manuel Monge. La idea se originó a raíz del libro del fallecido Antón Patiño Regueira Memoria de ferro , que relata con detalle ese episodio, «un dos máis dramáticos da historia da nosa cidade», a juicio de Monge.

El Gobierno central (en concreto, el Ministerio de Presidencia) concedió a la CRMH coruñesa una subvención de 60.000 euros, de los que 30.000 se destinarán al monumento y la otra mitad a tareas de investigación histórica. En los próximos quince días, el colectivo decidirá cuál es la propuesta elegida. La inauguración de la pieza ganadora está prevista para el próximo marzo, para coincidir con el aniversario de los hechos.

Honrará la escultura a esas cien personas que, cuando iban a emprender la huida marítima, fueron descubiertas por las fuerzas del régimen militar instaurado. Algunas murieron ahogadas en las aguas de O Portiño, veintiocho fueron detenidas y quince declaradas en paradero desconocido. Después de un Consejo de Guerra, diecinueve fueron fusiladas el 9 de octubre de 1937 en punta Herminia, sombrío suceso ejecutado a la luz de la torre de Hércules.

Para la concejala de Cultura, María Xosé Bravo, el monumento, además de dar a conocer a las víctimas del franquismo, pretende que se recupere «o ideario desa xente, que ten plena vixencia».

Monge quiere ir más allá. Propone que el parque que se creará cuando el antiguo vertedero de Bens esté regenerado («en quince anos», calcula) pase a llamarse «Parque dos Mortos do Portiño».