La coruñesa que ganó un Goya por «El orfanato»

Pablo Portabales pablo.portabales@radiovoz.com

A CORUÑA

19 mar 2008 . Actualizado a las 03:41 h.

Se llama Lola. Y vive en San Sebastián, pero hasta que tuvo 22 años lo hizo en la ciudad en la que nació, A Coruña. Lola Pérez González recibió hace unas semanas el premio Goya al mejor maquillaje y peluquería por su labor en la película El orfanato . Casi nada. «Me ocupé de todos los actores, pero a la que más tiempo dediqué fue a Belén Rueda , que es la protagonista», recuerda Lola, que se crió entre la calle Ramón y Cajal y Elviña. Estudió en las Jesuitinas, pero siempre le tiró mucho el mundo de la estética. Hizo varios cursos en Madrid y aquí, por ejemplo, con Rosa Sánchez en el Estudio R, que es una gran cantera de profesionales. De cine. Está casada con Telmo Esnal , también vinculado al mundo del cine, ya que trabajó como ayudante de dirección con Álex de la Iglesia y en películas como La comunidad o Atilano, presidente y dirigió la comedia en euskera Aúpa Etxebeste . Pero hoy la protagonista es la coruñesa Lola Pérez y su primer gran premio. «Hace años gané un Chano Piñeiro por Lena », precisa esta mujer que participó en cintas como 800 balas , El alquimista , con la también gallega Patricia Ferreira , Martín Hache , La cuadrilla o El baile de las Ánimas, por citar algunas de sus cintas. De aquí para allá. Ahí la tienen, en su casa del País Vasco, con el preciado cabezón , como se conoce popularmente a la prestigiosa figura. Un último apunte. Intento reconocerla en la foto de familia oficial que la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas organizó al terminar la gala de los Goya y no la veo. «Es que me tuve que marchar corriendo porque al día siguiente tenía que estar en un rodaje en Algeciras y sino no llegaba a tiempo», comenta para explicar su ausencia. Esta chica no para.

Ya está terminada la nueva torre. Nos referimos a la que adorna el ajardinamiento del principal acceso a la ciudad, en la avenida de Alfonso Molina. La figura del milenario faro de Hércules saluda ya a los que llegan por carretera, a modo de bienvenida. Está hecha en acero cortén y con su instalación el gobierno municipal ha cortado de raíz con la polémica del topónimo. Sobre las plantas de quita y pon que formaban el nombre de la ciudad y muy cerca de la pequeña embarcación, ahora se levanta una nueva versión del símbolo de A Coruña. Además de la repercusión práctica que tendrá en lo que a mantenimiento se refiere, -el acero, a priori, debería ser más duradero- con este nuevo motivo para decorar las zonas verdes se escenifica también el compromiso con la candidatura a patrimonio de la humanidad del faro de Monte Alto.

La torre de Lavedra mide cerca de cinco metros de altura, aproximadamente, pero ayer lo más llamativo para los conductores que a última hora circulaban por la avenida no fueron sus líneas rectas de acero sobre el césped de la arteria. No. A las ocho de la tarde, se iluminó. Sí, como lo oyen. Y como lo ven en la foto. Enfermeras de patrón. Y también los enfermeros, los de más experiencia, celebraron en días pasados la fiesta del patrón de la profesión, San Juan de Dios. Me lo cuenta Vituca , una entrañable mujer a la que conocí hace ya años, cuando estaba en activo y trabajaba en el hospital materno infantil Teresa Herrera. Primero se juntaron en una misa oficiada en la iglesia de la Venerable Orden Tercera, en la Ciudad Vieja. En la celebración religiosa estuvo presente el gran coro Saúde del complejo hospitalario Juan Canalejo. hubo cantos gregorianos y armonio. El acto, organizado por el Colegio Oficial de Enfermería, que preside Sergio Quintairos, incluyó también un lunch en la Sociedad Deportiva Hípica. Antes del encuentro distendido, los miembros de la junta directiva de la sección colegial de jubilados, que preside Jesús Longhy , posaron en una foto para el recuerdo.