Los vecinos del número 76 de la calle Barcelona han decidido denunciar a uno de los miembros de la comunidad. El conflicto no es nuevo, pero para los habitantes del edificio la situación ha llegado a ser insostenible. Un jubilado de unos 70 años, de iniciales J.?V.?A., lleva años acumulando chatarra en el patio del edificio; los desperdicios de todo tipo allí reunidos se pueden cuantificar por cientos de kilos. Uno de los vecinos reconoce que el hombre tiene derecho a uso y disfrute del patio, pero «el uso que le da a un espacio que pertenece a toda la comunidad no encaja en ese concepto», dice.
La primera medida adoptada por los afectados fue negociar. Se le propuso un límite de tiempo para que, poco a poco, fuera retirando todos los materiales acumulados a lo largo de años. Fueron dos meses de plazo, luego ampliado a uno más, pero ya han pasado cuatro. «Es un señor que hace lo que le da la gana», afirma uno de los residentes, que no quiere dar su nombre por miedo a represalias: «Ya ha agredido a tres vecinos. No quiero entrar en el portal y tener que mirar tras mi espalda con miedo».
Este es un sentimiento general en la comunidad: «Todos estamos afectados, pero solo damos la cara cinco de nosotros», y asegura que en una reunión J.?V.?A. les espetó: «Ya pagué una vez 75.000 pesetas por romperle la cara a un vecino y si tengo que volver a pagarlas por lo mismo me quedaré muy a gusto».
Debido a esta actitud violenta se intentó arreglar el problema «por las buenas, sin acudir a los juzgados o a la policía», pero no ha sido posible: «Prometió sacar la chatarra poco a poco, pero lo único que hizo fue llevarse alguna bolsita de vez en cuando para hacer el paripé», afirma otro de los vecinos y explica por qué han tardado tanto tiempo en buscar una solución a este problema: «Yo, por mi trabajo, pasaba mucho tiempo fuera de casa y no tenía tiempo para ocuparme de esto, pero ahora no podemos seguir permitiéndolo. Cada vez -añade- va a más y en cualquier momento puede ocurrir una desgracia». De la misma opinión es una mujer que tiene que contemplar lo que califica como «vertedero» cada vez que abre la ventana de su habitación: «En cualquier momento puede pasar algo porque también hace soldaduras en el patio. Una chispa puede hacer que arda todo en un momento».
«Que no te parezca mal, pero no vamos a decir nada», contestó a las preguntas de este diario la nuera de J.?V.?A. Donde sí habló el denunciado fue en una reunión de la comunidad que tuvo lugar el pasado martes. «Llegó a ponerse bravo y dijo que no entendía porque nos molestaba tanto el que tenga aquí toda esa cantidad de chatarra», relata un testigo.