La única valla del mítico toro que queda en la provincia se encuentra deteriorada y dos patas se han doblado
06 abr 2009 . Actualizado a las 11:53 h.Galicia cuenta en su paisaje con cinco toros Osborne, sin embargo el único situado en la provincia coruñesa, en las proximidades de la carretera de la Costa do Sal, está cojo. Las chapas metálicas de sus patas delanteras se han doblado sobre sí mismas y en la lejanía la silueta que lo ha hecho famoso pierde su forma.
Las cuatro torretas que soportan las planchas que lo conforman se encuentra muy corroídas. Si bien este soporte parece que no ha tenido el mantenimiento que requería, los vecinos de la zona resaltan que sí existe un acondicionamiento regular de la finca en la que se asienta y se retira la maleza para que nada reste visibilidad a la figura. El tiempo se ha cebado con una valla que ha superado el concepto publicitario y que ha pasado a ser icono para unos, símbolo denostado para otros e incluso para muchos una clara representación de lo español.
Es uno de los emblemas con mayor proyección, desde su diseño en 1956 por parte del artista Manuel Prieto para la firma de bebidas. Además, tuvo incluso su propio movimiento de apoyo cuando una nueva normativa, en 1994, hacía que peligrara su presencia cerca de las carreteras. Finalmente, una sentencia del Supremo avaló su permanencia teniendo en cuenta que el toro «ha superado su inicial sentido publicitario y se ha integrado en el paisaje».
Su trascendencia es tanta que desde el Grupo Osborne se dedica un apartado de su página web a explicar la historia de la silueta creada inicialmente para su brandi Veterano y que por su tirón entre la población se convirtió en un símbolo corporativo de la compañía. Incluso incluye un mapa para conocer dónde estar situadas en la geografía española las 40 vallas existentes de este toro de 4.000 toneladas, creado con 70 chapas.
También se explica que comenzó siendo construido en madera, para posteriormente hacerlo en metal en 1961 y sus dimensiones han ido creciendo con el paso del tiempo. De los iniciales cuatro metros de altura, se pasó en un primer momento a los siete y posteriormente, cuando la publicidad fue alejada de las carreteras, se aumentó hasta los catorce actuales.