«La patología de hombro suele meterse en el cajón de sastre de las tendinitis; está poco y mal tratada»
A CORUÑA
Ricardo de Casas Puig (Madrid, 1954) ejerce en A Coruña desde 1994. Es traumatólogo y cirujano ortopédico y acaba de inaugurar, con los doctores Valadrón y Cidoncha, la clínica Traumacor.
-¿Qué males afectan a los coruñeses en el terreno de la traumatología?
-Nosotros aquí hacemos traumatología general, aunque tendemos a la subespecialización. En mi caso, mi especialidad es la patología del hombro, en la que llevo trabajando más de veinte años. Es la articulación más compleja, más desconocida y de diagnóstico y tratamiento más complicado.
-¿Qué patologías le afectan?
-La patología del hombro es muy incapacitante, sobre todo en colectivos con trabajados manuales. Y vemos también el padecimiento normal de las personas que a pesar de la edad quieren seguir estando bien, jugar al pádel, al tenis o al golf.
-Es decir, está muy relacionado con la edad.
-De 15 a 30 años el problema suele ser una luxación. A partir de los 40, aparecen problemas del manguito, mitad por desgaste, mitad por sobreesfuerzo. Y a los 65-70, y sobre todo en mujeres, la incidencia de las fracturas es significativa. En las próximas décadas las fracturas de hombro superarán a las de cadera.
-¿Qué incidencia tienen estas patologías?
-Diría que una de cada cincuenta personas tiene problemas de hombro, lo más común son las calcificaciones. La cifra es superior cuanto más intenso es el trabajo manual.
-¿Cómo debe abordarse?
-La patología de hombro suele meterse dentro del cajón de sastre de la tendinitis; está poco y mal tratada. La técnica quirúrgica es complicada y los resultados dependen mucho de la rehabilitación posterior. Hay desconcierto entre los pacientes, que siempre encontrarán a alguien que les diga que no se opere. En el hombro hay que enfocar muy bien el problema desde el principio y plantear expectativas realistas.
-¿Cómo es el proceso para diagnosticar y tratar?
-En nuestro caso, en una sola visita le hacemos todas las pruebas. Primero le hacemos una exploración física y aplicamos los medios diagnósticos, empezando por la ecografía, radiografía y, en el caso de ser necesario, contamos con resonancia magnética. La razón de este centro es la inmediatez y la eficacia, tal y como se hace en Europa: en una tarde se realiza todo el proceso y le ve el especialista.
-¿Y el tratamiento siempre es quirúrgico?
-El hombro es muy quirúrgico, una de cada 8 o 10 consultas tiene que pasar por el quirófano, pero no siempre hay que recurrir a la cirugía, aunque tampoco hay que huir de ella cuando es necesaria. En función de cada caso, se puede optar por la terapia con ondas de choque. El tratamiento es muy personalizado y en nuestro caso integral: nos ocupamos del paciente desde el principio al final de la rehabilitación.