«Si mi padre sabe que descansa junto a los nazis, se levanta de su tumba»

A. Mahía / L. López

A CORUÑA

El mausoleo de la Alemania de Hitler convive en San Amaro junto a una placa que recuerda a los caídos por la Libertad y un monumento a los republicanos

23 nov 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

No pueden estar más juntos. Puede que por casualidad, porque nadie supiera de su existencia o porque los soldados de Hitler ya poco daño pueden hacer, lo cierto es que los restos del mausoleo Nazi del cementerio civil de San Amaro está justo pegado a la placa que por cuestación popular se erigió en recuerdo a los caídos por la Libertad y a una escultura en honor de los republicanos. Ayer mismo, un gran ramo de flores puesto por el Partido Comunista de Galicia ornamentaba ese monumento.

Algunos familiares que tienen a sus seres queridos en los columbarios que ocultan el panteón alemán reconocían estos días que no tenían la menor idea de la existencia de esa esvástica en San Amaro, mucho menos que estuviese junto a las tumbas de sus fallecidos. «Si mi padre supiese que descansa junto a ese mausoleo se levanta y se va. ¡Con lo rojo que era!», aclaraba con humor una mujer que ayer le llevaba flores a su progenitor. A otra le da más o menos igual que los restos de su madre estuviesen junto a los antiguos sepulcros alemanes. «Los muertos ya no hacen daño a nadie», decía.

Un hombre respiraba tranquilo al enterarse de que el mausoleo alemán estuviese vacío de cuerpos, «sobre todo por los familiares, que tendrían que venir desde tan lejos para traerles flores». Desconocía que en mayo de 1982 los restos de los 16 soldados alemanes que llegaron a reposar en el panteón fueron trasladados a un cementerio de Cáceres, donde se agrupan todos los caídos en combate en España durante la Segunda Guerra Mundial.

Había muchos interrogantes ayer en el cementerio de San Amaro. Había quien quería saber si se habían celebrado velatorios o misas en honor a esos alemanes, ocho de ellos pertenecientes a un submarino nazi hundido junto a Estaca de Bares. La respuesta se encuentra en el libro La Coruña y la Segunda Guerra Mundial, de Reiriz Rey. El autor recoge una impresión del desaparecido Mariano Tudela, que recordaba que en una ocasión había asistido en San Amaro a las honras fúnebres de un aviador que había sido abatido por un caza británico frente a Cariño.

También hay quien lamenta la desaparición de esos restos fúnebres. Para alguien que tiene enterrada a una hija junto al viejo sepulcro alemán «sería bueno que se conservara, pues nunca debió ser destruido algo que forma parte de nuestro pasado». Ese pasado se fecha el 9 de noviembre de 1944, cuando autoridades alemanas en Galicia inauguraban el mausoleo alemán arropados por un militar español, diversas figuras de la sociedad local y mucho público, según recoge Reiriz en su libro.