Desde hace más de diez años ilustra una buena parte del movimiento musical de la ciudad. Desde portadas de discos hasta festivales «indie», pasando por sesiones de dj
31 may 2010 . Actualizado a las 13:37 h.No pocos sostienen que el pop es la forma de arte más democrática que existe. Cualquiera puede acceder, se dirige a todo el mundo y, bueno, pocas cosas han definido mejor la cultura occidental de la segunda mitad del siglo XX que toda esa amalgama de música, cine, televisión, cómic, moda, fotografía y el extensísimo etcétera que terminó englobado en la palabra mágica de las tres letras.
A ese extensísimo etcétera se suma una figura tan clave como vilipendiada en las últimas décadas: el diseñador gráfico. «El diseño gráfico no es en sí arte», sostiene Guillermo Arias, antes de rizar el rizo: «Eso no quita que una obra gráfica no pueda llegar a considerarse una obra de arte». Habla, claro, de las portadas que Javier Aramburu hizo para grupos como Los Planetas, La Buena Vida o Le Mans maridando música y diseño. O la intersección perfecta con el cine que logró Bigas Luna en Bilbao o Iván Zulueta a lo largo de toda su carrera como cartelista. «Un auténtico genio», comenta.
Por ahí, por esa línea en la que confluye la moda, el cine y la música, es el lugar por el que Arias dirige su faceta más personal y artística. La otra, la lleva a cabo en Sysvisions, un estudio de diseño que junto a dos compañeros mantienen en funcionamiento desde el año 2000. «Eso es lo que nos da de comer. Hacemos imágenes corporativas, páginas web, folletos de ofertas... los servicios que nos piden los clientes. Por lo general responden a otro tipo de planteamientos».
Volviendo al pop, en su currículo brilla con intensidad su trabajo para el Festival Do Norte. En el 2009 la organización del evento convocó un concurso para buscar un diseñador. Arias se alzó con él. Encantados con su trabajo, los responsables del festival lo contrataron para que repitiese. «Este año incorporé una idea más sofisticada y moderna. Por un lado, la moda de los pantalones pitillo que parece que no nos abandona. Luego, la idea de la posmodernidad. Y también unos zapatos náuticos, que serán tendencia este verano entre los más modernos».
Pero además de ello, su firma se ha podido ver en muchos de los carteles de conciertos que se han celebrado en la ciudad. Desde Chucho o Emak Bakia hasta Fangoria y Yann Tiersen, los coruñeses se han tropezado en los días previos a las actuaciones con esos carteles por la calle. «Es muy divertido, sobre todo cuando empapelan varios trozos de calle con un solo cartel. Es como un mural, una obra de arte que interactúa con la vida cotidiana: se despega, se recorta, se pegan otras por encima».
También se ha ocupado de la portada del disco De memoria, de los coruñeses Nouvelle Cuisine, y después del verano saldrá el Luz, oscuridad, luz de los grovenses Nadadora, cuyo trabajo gráfico también le corresponde. ¿Algún reto? «Bueno, por pedir, me gustaría hacer la portada de los próximos discos de Klaus & Kinski, Los Punsetes, Triángulo de Amor Bizarro o Los Planetas, que son grupos españoles que me gustan y admiro muchísimo».