En un año de fastos por su 75.º aniversario, la directiva no pierde de vista los principales problemas, como la gestión deficitaria de la piscina interior.
06 jul 2010 . Actualizado a las 20:37 h.No es un año cualquiera para el Club del Mar. La señera entidad coruñesa, prolongación de la playa de San Amaro (para algunos socios es el arenal el apéndice del club) celebra su 75.º aniversario, desde que en 1935 fuese fundado por asiduos de la pequeña playa. En las últimas décadas, el Club del Mar se ha convertido en un foro deportivo y cultural, también vinculado a Orillamar y el barrio de Monte Alto. La sociedad acumula así varias piedras conmemorativas, como la del local social inaugurado en 1950 por el alcalde Alfonso Molina y la del polideportivo, piedra colocada por Francisco Vázquez en el año 1996.
Entre los principales actos conmemorativos destaca un cóctel con los socios el 21 de agosto y la ofrenda floral en el cementerio de San Amaro el 5 de septiembre. Pero el más emotivo será el de tres días después, el 8 de septiembre, cuando se entregarán las insignias de honor a los socios con más de 50 años de antigüedad. A ese acto no tendrá que acudir Ricardo Portela Fuentes, el socio más veterano y hermano de Pucho Portela, presidente del club en la década de los setenta.
Pero los fastos no ocultan la lucha diaria en la gestión de esta entidad, que reconoce premuras económicas. El principal punto negro se encuentra en la piscina interior, de titularidad municipal pero gestionada en su totalidad por el Club del Mar. El presidente Manuel Lugrís reconoce que es «deficitaria». Para amortiguar los gastos, el Club del Mar ha desarrollado un programa paralelo al del Ayuntamiento, principalmente con cursillos, pero aún así la piscina interior generó un balance negativo de 130.000 euros en el 2009.
Al mismo tiempo, la sociedad deportiva aguanta con sus propias calderas las necesidades de todas las piscinas y vestuarios después de la gran avería que arrastra desde diciembre en el sistema de energía limpia. «El Ayuntamiento dice que no hay presupuesto para arreglarlo, ahora solo esperamos que no falle la caldera», explica Lugrís, quien anuncia una nueva reforma en los vestuarios externos el próximo invierno. «Se han hecho ya mil intervenciones y nunca nadie ha solucionado los problemas de humedad, esperemos que esta vez podamos dar con la tecla correcta», añade.
Cuando el Club del Mar sea centenario en el año 2035 contará, previsiblemente, con una superficie mayor que la actual. En eso trabaja la directiva actual. Para ello, está al tanto de la evolución del plan de urbanismo en San Amaro y de las primeras reuniones de la junta de compensación. El Ayuntamiento de A Coruña anunció que cederá terreno para la expansión de las instalaciones. No es condescendencia sino necesidad. «Somos 4.100 socios pero con los beneficiarios son 8.000 mil las personas que acuden regularmente», dice el presidente de la entidad, quien asegura que también trabaja para arreglar «definitivamente» el convenio de los trabajadores del Club del Mar.