La carrera llega hoy a Mende tras un nuevo triunfo de Cavendish

Mariluz Ferreiro REDACCIÓN/LA VOZ.

A CORUÑA

16 jul 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Era una jornada tranquila. Gestada para los velocistas. Quizá arropada por la calma que precede a la posible tempestad de hoy, en la etapa con final en Mende. Mark Cavendish, que vuelve a convertir el triunfo en rutina, firmó su tercera victoria con autoridad después de 184,5 kilómetros entre entre Sisteron y Bourg les Valence. En la recta de meta Mark Renshaw, lanzador del británico, había dado unos Julian Dean (Garmin) para apartarlo de su camino. Cavendish dijo que era para abrirle las puertas. Pero el que cerró las puertas al propio Renshaw fue el Tour. Los jueces expulsaron al australiano de la carrera.

Renshaw no llegará hoy a Mende. La carrera acabará, tras el escenario en el que Marcos Serrano levantó los brazos en aquel Tour del 2005, aunque la etapa será distinta a la que coronó al corredor gallego. Un lugar del que desconfía Andy Schleck, líder de la prueba. Y en el que ya conoce el triunfo Alberto Contador, el gran aspirante. «Me gusta, se me da bien», asegura el madrileño.

Tres kilómetros clave

Mende es ese escollo inoportuno para unos y deseado para otros que ofrece el Macizo Central antes de que asomen los imponentes Pirineos en el horizonte de la grande boucle . La subida con la que muere el recorrido no ofrece margen para grandes diferencias, pero es explosiva: unos kilómetros a un desnivel medio del 10%, terreno para el vuelo de escaladores de fuerte y rápido impulso. Como Contador. Pared de atasco para los diésel.

El Saxo Bank ayer tensó la cuerda del pelotón en el tramo final de la etapa por si el viento lateral agitaba el árbol y se caía de maduro algún ilustre. No sucedió. Quizá vuelvan a probar en la traca final de hoy. En Mende.