La feria de artesanía Mostrart, instalada en Méndez Núñez hasta el domingo, acoge a sesenta artesanos
13 ago 2010 . Actualizado a las 13:45 h.«Unha oportunidade única para atopar productos exclusivos da man dos seus autores». Es uno de los lemas de la feria de artesanía Mostrart situada en los jardines de Méndez Núñez, donde 60 artesanos tienen a la venta sus productos hasta el domingo.
Aunque no todos exponen a la vez. Como hay 47 casetas, algunos están durante la primera semana y otros la segunda o los quince días que dura la feria. A este último grupo pertenece Tragamasa, el taller de Guillermo Rodríguez donde están expuestos las figuras de este artesano que también colabora en la televisión, con los decorados del programa infantil Planeta fantasía y del corto O apóstol. Se trata de una versatilidad de la que también habla el presidente de la Asociación Galega de Artesáns, Manuel González: «Es muy importante la creatividad y adaptarse a las circunstancias». La máxima que también han seguido Olalla Casás y Sara Álvarez, de La böcöque. Nada más acabar la carrera, de Bellas Artes y Publicidad respectivamente, decidieron intentar vivir de lo que les gustaba: el diseño de moda. Ya en la época de estudiantes dejaron de salir por las noches para pasarlas haciendo bocetos de complementos y elaborándolos. Hasta ahora han conseguido su objetivo y siguen, mano a mano, produciendo diseños en su taller de Moaña.
Ilustradores de bolsos
Manuel González explica que ante la mala situación de los ilustradores muchos están adaptando sus dibujos a otros soportes que no sean el papel. El conocido dibujante gallego Leandro Lamas ha escogido el cuero para mostrar sus láminas y ha sido Ana Alonso quien trabajó en la técnica que lo hizo posible. Durante estos días se puede ver el resultado de combinar el arte de la marroquinería con el del dibujo en los bolsos, cuadernos, agendas o carpetas de Cabuxa.
Pero si hay un ejemplo en la feria de integrar diferentes disciplinas es el de Artefíos. Detrás de esta marca comercial de tejidos hay una escuela. Rosi Rey es la monitora de varias personas con discapacidad cerebral que tejen los chales, las alfombras y los tapices que se venden en la caseta. Es la Asociación de Padres para la Formalización de Jóvenes Límite donde Rosi realiza su labor de enseñanza a través de la artesanía que, además de tejer, incluye clases de refuerzo escolar, lenguaje de signos y manualidades. Sesenta artesanos con sesenta capacidades por las que han apostado para vivir.