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Vázquez defiende el Rosario festivo

Elena Silveira
E. Silveira A CORUÑA/LA VOZ.

A CORUÑA

El embajador cerca de la Santa Sede explicó el origen de la devoción a la patrona de la ciudad y aseguró que «no tendría sentido» suprimir la solemnidad del 7 de octubre

18 sep 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Media hora antes de que comenzase la conferencia, en el salón de actos de la Fundación Pedro Barrié de la Maza, en los Cantones, ya no cabía ni un alfiler. Muchas personas se quedaron ayer de pie para escuchar la Historia de La Coruña y la Virgen del Rosario narrada por el embajador de España cerca de la Santa Sede, con motivo del 50.º aniversario de la coronación canónica de la imagen de la patrona de la ciudad.

Francisco Vázquez acudió puntual y, después de saludar a amigos, correligionarios y admiradores, se acomodó sobre el escenario para explicar la razón histórica por la que los coruñeses profesan devoción a la Virgen del Rosario. Según explicó, ilustrando sus palabras con imágenes de cuadros colgados en zonas del Vaticano vetadas al público, esta devoción está vinculada «a las páginas más gloriosas de la ciudad». En concreto, a la derrota de Francis Drake en 1589, cuando la armada inglesa atacó A Coruña en represalia a la salida, un año antes de este puerto, de la Armada Invencible. Los coruñeses que lucharon contra el inglés se encomendaron a la Virgen del Rosario y atribuyeron la victoria a su intercesión. En aquella época, según relató Vázquez, era habitual que los ejércitos cristianos pidieran la ayuda de la Virgen antes de entrar en batalla y eso llevó a la implantación del rezo del rosario y su devoción «como parte esencial en el ánimo combativo de las huestes cristianas, pesando decisivamente en el logro de sus victorias».

«El momento más glorioso»

El embajador señaló que la historia de A Coruña se convierte en una «auténtica historia universal» y que ello obliga a respetar y a usarla como guía y referencia, «por lo que no tendría sentido suprimir el carácter festivo del día de nuestra patrona», que se celebra el 7 de octubre. De esta forma rechazó la posibilidad de que se traslade el festivo al 24 de julio, no solo, según dijo, por motivos religiosos y de tradición, sino porque «sería tanto como negar el recuerdo del momento más glorioso de nuestra historia como ciudad, humillando además la memoria de nuestros antepasados». «El 7 de octubre tiene que seguir siendo fiesta porque recoge una página brillante de nuestra historia y refleja el respeto a quienes la protagonizaron».

El embajador confesó su poca destreza con las nuevas tecnologías: «Soy un desastre», dijo, a lo que una mujer del público respondió a gritos: «Pero no como alcalde». Vázquez bromeó con que, en 23 años años de regidor no había logrado averiguar quién ganó la batalla de Elviña. «Todos -recordó- venían a celebrar la victoria».

Además de repasar decenas de de anécdotas de la historia, Vázquez tuvo tiempo para confesar su «emoción» al verse «tan bien acompañado por tantos coruñeses». De hecho, en las primeras filas se sentó su familia, y cerca de esas butacas, el arzobispo de Santiago, Julián Barrio; el presidente de los empresarios, Antonio Fontenla; los ediles José Nogueira y Florencio Cardador, funcionarios municipales y representantes sociales y culturales de la ciudad.