La búsqueda de empleo empuja a los nuevos emigrantes a probar fortuna en otras ciudades o fuera de España
03 abr 2011 . Actualizado a las 06:00 h.Así como el movimiento de coruñeses hacia la comarca está relacionado, desde hace tiempo ya, con las condiciones de acceso a la vivienda de los municipios del área metropolitana, más asequibles, la marcha de población fuera de Galicia y al extranjero está más vinculada a dos fenómenos confluyentes que tienen en la base el mismo problema: el paro. La dificultad para encontrar empleo no solo ha disparado el retorno de los inmigrantes que años atrás equilibraron el balance demográfico, sino que por la misma razón emigra ahora la población oriunda, parte de ella jóvenes universitarios con escasas perspectivas de trabajo en su entorno más cercano.
Es el caso de Alba Rey Carneiro, coruñesa de 26 años que el viernes pasado empezó a trabajar a 1.200 kilómetros de su casa, en Barcelona. Terminó Geografía en el 2003 y decidió continuar formándose cursando en Zaragoza un máster de software de sistemas de información geográfica que le proporcionó la entrada en una consultoría de medio ambiente en Cataluña. Pero el año de prácticas finalizó y en julio pasado «volví a casa». Un trabajo puntual de apenas un par de meses en Vigo fue todo lo que consiguió desde entonces, y decidió hacer la maleta con destino a una ciudad de mayor tamaño y oportunidades que ya conocía por el período de prácticas. «En mi terreno, en toda Galicia está muy difícil, -explica- las consultoras se abastecen generalmente del dinero de las administraciones, pero con los recortes tienen menos proyectos y los que salen se los llevan las firmas más grandes del mercado nacional».
Llegó a Barcelona el 15 de febrero y mes y medio después, Alba tiene por delante año y medio de empleo, con posibilidad de continuar, aunque «mi idea, en el futuro, es volver». Por el momento, no oculta su ilusión por hacerse un hueco para entrar en el duro mercado laboral. «Es una consultora española, ALG, de logística y transportes, que trabaja a nivel internacional, con proyectos en Sudamérica, en la India, en Marruecos, Estados Unidos... por eso no nota tanto la crisis», cuenta.
Isabel Cernada López (Coirós, 1976) estudió Físicas en Santiago de Compostela, y decidió continuar su formación con un Máster en Prevención en Riesgos Laborales, que le sirvió en 2007 para entrar a formar parte de la plantilla de Cenforpe. Esta empresa de prevención de riesgos laborales trabaja para Gamesa controlando las medidas de seguridad en el montaje de los molinos de viento.
Tras dos años recorriendo Lugo, como consecuencia de la crisis y de la incertidumbre que se creó en Galicia a raíz del concurso eólico, la empresa le ofreció la oportunidad de trabajar en Italia en una filial del grupo desarrollando el mismo trabajo. «Entre trabajar y la posibilidad de irme al paro -explica- pues me vine».
Allí estuvo seis meses y luego regresó, porque aunque asegura estar contenta con el trabajo que desempeña, reconoce que prefiere estar en casa. A su vuelta, trabajó durante siete meses en una empresa gallega, y al término de su contrato solicitó de nuevo y con éxito, empleo en Cenforpe.
Desde septiembre hasta enero de este año estuvo trabajando entre Palencia y Valladolid, pero la disminución de trabajo hizo que resurgiera la posibilidad de volver a Italia, donde reside desde hace dos meses. «Es una pena que ya que han invertido tanto en nuestra formación, tengamos que salir fuera, pero le intento ver el lado positivo, aprender un idioma, una cultura, etc..»
Su intención es volver a España algún día, por este motivo se ha permitido el lujo de rechazar alguna oferta que le han ofrecido en el país transalpino.