Obligada a innovar, la tercera generación de artistas grabadores emprende ahora la inclusión del braille en sus productos
01 jul 2011 . Actualizado a las 06:00 h.? De toda la vida eran conocidos como «los grabadores de los Mallos». En ese barrio, Francisco García, el abuelo de los hoy propietarios, levantó en 1939 una fábrica de grabados que pronto se hizo famosa. El próspero negocio, ya en manos de los dos nietos de aquel artista (su padre fue el primero en la ciudad en grabar en acero inoxidable), es hoy uno de los cuatro más importantes de España en su sector. Desde su sede en el número 28 de la calle Juan Montes salieron piezas que pueden ser vistas en la central térmica de As Pontes, Fundación Caixa Galicia, Universidad, Palexco...
Con una amplísima gama de materiales, Grabados FG atiende a todos los sectores. Hacen placas de todo tipo y diseño, grabado industrial, arte funerario, trofeos y señalética. Especialistas en grabados de metales y plásticos (usan múltiples componentes), su oferta de trofeos es amplísima. Como en el arte funerario, que disponen de un catálogo con centenares de formas o bocetos. Y todo ello, servido «en tiempo récord», según precisa uno de los dueños, Francisco García. Pone un ejemplo: «En dos meses entregamos 28.000 placas indicativas a la central térmica de As Pontes». Pero no solo atienden a grandes empresas. Cualquier grabado que a uno se le antoje y donde se le antoje ahí está Grabados FG.
Con solo cuatro empresas en España con su capacidad de producción, sus responsables andan ahora a vueltas con la nueva ley que obliga a incluir el lenguaje para ciegos (braille) en las placas indicativas o informativas. Esta es una muestra más de la constante innovación a la que están obligados los dueños de Grabados FG, que recientemente visitaron la feria del sector funerario en Valencia, donde ampliaron clientela (en breve llevarán sus productos a Canarias) y tomaron buena nota de los avances o novedades del sector. Y hasta se empaparon de las peculiaridades de cada comunidad. Es curioso que en Valencia, por ejemplo, la placa tiene que estar puesta en la lápida ya en el entierro. Otras ciudades solo usan bronce... Son ya 70 años de experiencia...