«Deseo que funcione, si se cumpliera sería para aplaudirlo». José Prada, director de la Compañía de Tranvías, le da un voto de confianza al nuevo sistema con el que el Ayuntamiento quiere garantizar la frecuencia de paso de los buses urbanos. Subraya el «estudio pormenorizado» realizado por los técnicos municipales y la «buena voluntad» para armonizar el transporte público con los vehículos privados. A su juicio, la solución propuesta «es mejor que nada» y prefiere esperar a ver los resultados a valorar su eficacia sobre el papel.
Para Manuel Sánchez Quindimil, presidente de la Asociación Local de Auto-Taxi, el proyecto también merece una valoración positiva, «sobre todo si se llega a eliminar la doble fila», aunque apunta que, como en cualquier proyecto, «siempre habrá alguien perjudicado, porque la panacea no existe».
Pero el sector que recibió la noticia con más optimismo fue el del comercio. Su presidente, Miguel Agromayor, subrayó los perjuicios que a su entender ha causado el carril bus a los locales del centro y destacó que «nadie va a reparar» los daños sufridos, pero cree que el proyecto anticipa ideas atractivas, como los aparcamientos exprés.
El voto de confianza se hace extensivo también a las dos federaciones de vecinos. Juan Chas, de Salvador de Madariaga, señala que su objetivo principal es la recuperación de plazas de aparcamiento «y eso está cumplido». Por su parte, Luisa Varela, de la Federación de Asociaciones de Vecinos de A Coruña y Área Metropolitana, tilda el proyecto de «maravilloso» y, a la espera de comprobar que se cumplen las frecuencias, saluda la retirada de las aletas de tiburón: «Nunca me gustaron, siempre me parecieron horrorosas», señala.