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El buen tiempo y el fútbol alejan a los clientes de las rebajas

Susana Acosta
S. Acosta A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

CÉSAR QUIAN

La primera jornada de descuentos fue tranquila y sin problemas de tráfico

02 jul 2012 . Actualizado a las 07:02 h.

El inicio de las rebajas, más tranquilo de lo que suele ser habitual, no produjo grandes avalanchas de gente. El buen tiempo y la final de la Eurocopa provocaron que el primer día de descuentos fuese relajado. Y es que la entrada a las tiendas se hizo de forma escalonada. Desapareció este año la típica estampa de clientes que se agolpaban a las puertas de los centros comerciales a la espera de que abriesen. Lo que sí hubo, en cambio, fue tiempo para decidir las compras. No cabe duda de que el gasto familiar se resiente por la crisis, pero también influyó el hecho de que ayer fuese domingo.

A las diez de la mañana, el centro comercial Cuatro Caminos presentaba un escaso movimiento. Los pocos que madrugaron iban a lo que ya le habían echado el ojo el día anterior, con la clara intención de que nadie les arrebatase la ganga. Es el caso de Manuel Blanco y Asunción Gutiérrez, que logró hacerse con el vestido que le gustaba y se ahorró 43 euros. Y es que, según explicó esta pareja, «con los tiempos que corren vienes a tiro fijo y punto. Ni un euro más».

Al contrario que Gutiérrez, Olalla Veiga confesó estar echando un vistazo aunque reconoció que ya había comprado algo para su hijo. Prevé gastarse 100 euros en ropa. La misma cantidad que Susana Puñal, que explicó que se había comprado una chaqueta por 66 euros cuando el día anterior marcaba 109. El presupuesto de Vanesa y Azahara es más modesto, unos 50 euros. La primera parada de estas dos jóvenes fueron las cadenas de ropa interior: «Siempre es necesaria», confesaron pero no descartaban hacerse con algún «trapito» que les llamase la atención.

Colas en cadenas textiles

Como es habitual, las grandes cadenas textiles fueron los establecimientos que registraron mayores colas al mediodía. También, los establecimientos dedicados a la ropa de hogar y decoración. En estos casos sí podía verse alguna escena compulsiva, como la de una pareja que se estaba haciendo con cerca de una veintena de toallas y las iba tirando al suelo para llevar la cuenta. Tampoco faltó ayer el típico grupo de adolescentes, parapetadas con una treintena de bolsas, volviendo a casa por los Cantones. Otras, en cambio, como Marisa se armaban de paciencia para comprar para toda la familia: «Es que ni mi marido, ni mis tres hijos saben organizarse bien. Así que tengo que ser yo la que haga las compras por ellos», explicó.