El cantante libanés que arrasó en el 2007 con «Life In Cartoon Motion» será la cabeza de cartel del Noroeste Pop Rock. Con él, el festival de A Coruña recupera el brillo internacional perdido
03 ago 2012 . Actualizado a las 15:45 h.El pop es una de las grandes vías de escape para los inadaptados. El caso de Mika es de los de libro. Nacido como Micahel Holbroox (Beirut, 1982), este libanés anduvo de bote en bote en países como Chipre y Francia, hasta recalar en Londres, donde no fue precisamente bienvenido. Con nueve años, le detectaron dislexia. Y en la preadolescencia afloraría su conflictiva sexualidad, la que aún hoy se niega a etiquetar. En medio de ese fuego cruzado dio con una profesora de canto que le abrió un mundo. Allí, guiado por su voz aguda y prodigiosa, encontró un lugar del que jamás quiso volver. El patito feo se hizo cisne y abrió las alas, aireando esos mundos paralelos construidos en la mente de un chico callado y huidizo, al que nadie prestaba atención en el colegio. Todo por obra y gracia del pop.
Dos títulos valen más que mil palabras. Life In Cartoon Motion (La vida en dibujos animados) y The Boy Who Knew Too Much (El chico que sabía demasiado). Son sus dos álbumes editados hasta la fecha (en el 2007 y el 2009, respectivamente). Dicen tanto que solo falta apelar al traje sonoro y la interpretación del artista para saber por dónde van los tiros. Escapismo, vivir hacia dentro, convertir ese interior en un surtidor de fantasía y regar de complicidad el mundo con un puñado de canciones. Ahí, tras la fachada festiva, tras el falsete andrógino y tras esa música que igual tira hacia el pop cabaretero como al dance-pop, está el corazón de Mika.
Se puede ver en el videoclip de We Are Golden. Un joven en su habitación bailando frente al espejo sintiéndose una estrella. «No somos lo que tú crees que somos, / nosotros somos oro, somos de oro», dice como el capitán del ejército de los raros del mundo. Fue uno de los grandes éxitos de su segundo disco. Pero antes estuvieron otros. De hecho, Mika entró en los hogares de medio mundo con Grace Kelly, una canción saltarina repartiendo grageas de felicidad mientras enreda sobre las diferentes máscaras que esconden las ganas de agradar. En ese caso, se refería a las discográficas, a los noes que recibió de inicio pidiéndole que hiciese algo más comercial en la onda de Robbie Williams.
Éxitos y más éxitos
A Grace Kelly le había precedido otro single rotundo, Take It Easy. Misterio y seducción a la pista de baile. En su día, se ubicó en un lugar intermedio entre Scissor Sisters y Jay Jay Johanson y, aún hoy, supone uno de sus clímax en vivo. Y en el apartado de piezas destacadas de aquel año no debe faltar la mención a Big Girl (You're Beautiful). Con el Another One Bites the Dust de Queen latiendo de fondo, era la particular caricia que el artista hacía a esas chicas gorditas que combinan la «coca light con pizza». Y otro vídeo para el recuerdo.
Life In Cartoon Motion, completado con medios tiempos a piano y ramalazos electro, arrasó. Despachó cinco millones de copias. Triunfó en los Grammy, los Brit Awards y los MTV. Muchos de aquellos compañeros, los de las collejas y las burlas, lo vieron atónitos en televisión. Se frotaron los ojos y suspiraron. Los escépticos pensaron que se trataba de una flor de temporada. Y Mika se encargó de llevarles la contraria
Para ello grabó un álbum que habla precisamente sobre los demonios de esas adolescencias que se salen de la norma. «Échales la culpa a las chicas porque siempre saben qué hacer, échales la culpa a los chicos, que seguirán molestándote», dice en Blame It On. Es solo una de las líneas de The Boy Who Knew Too Much, un disco que habla de culpa, de parálisis emocional y de sentirse terriblemente mal en un contexto en el que la locura era norma.
El Mika que llega ahora al Noroeste Pop Rock lo hace entregado al amor. The Origin Of Love, el disco que está a punto de ver la luz, versa sobre ese sentimiento. Make You Happy y Celebrate, los dos adelantos conocidos, apelan a las mariposas en el estómago y el calor en las mejillas. A Coruña los escuchará en vivo por primera vez. Y verá a esa estrella pop que quiere seguir brillando muchos años más.
A CORUÑA | Playa de Riazor | Jueves 9 | 23 horas | Entrada libre