María Barros: «Visto de María Barros»

La Voz

A CORUÑA

MARCOS MÍGUEZ

10 nov 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

En la primera parte de la charla muestra su lado más íntimo. «Me gusta la soledad», asegura. «Cada quince días intento ir al cine yo sola». A medida que avanza nuestro encuentro en la terraza de una cafetería de la plaza de Vigo la diseñadora María Barros Eiroa se va abriendo más. «Soy tímida», dice. Tiene 33 años, está divorciada y es madre de un niño de 3. Desde el 2006 vive en Madrid, pero «la sede de la empresa sigue estando aquí», destaca mientras da un sorbo a un té verde. Poco se prodiga últimamente por A Coruña, tan solo tres días el pasado verano, a pesar de que le vuelve loca comer pulpo y estar con su familia y con los amigo del colegio. «Con ellos soy Mari de toda la vida», apunta sonriente. Viste con estilo. Con un jersey demasiado grueso para la temperatura que nos regala el otoño. «No es mío, es de un pequeño taller de Madrid. Lo demás sí. Siempre visto de María Barros».

Internacionalización

Compagina la maternidad con un trabajo al que dedica muchas horas. «Mi hijo forma parte del equipo», comenta. En varios momentos de la conversación pronuncia una larga palabra, internacionalización. «Mi objetivo como marca es mantener el espacio que tengo en la pasarela y ser una firma internacional. En un futuro me gustaría dedicarme a diseñar y no ser la mujer orquesta que negocia con bancos, talleres... Lo mío es crear», comenta esta diseñadora coruñesa que viene de triunfar en la Cibeles Fashion Week. Percibo el fulgor de sus ojos cuando enuncia dos proyectos importantes para febrero y abril. «No te puedo decir nada. Soy muy supersticiosa, de las que agradece que en un avión no haya fila trece, y si te lo cuento a ver si se gafa. Las colecciones, por ejemplo, no se las enseño a nadie. Si alguien viene a mi casa las tapo con un biombo».

La influencia de la luna

Dice que de vez en cuando necesita desconectar del mundo. «Soy drástica. Apago el teléfono tres días. No hablo con nadie, no enciendo la tele...» No es una mujer de grandes aficiones. Se declara independiente, aparentemente tranquila aunque esté nerviosa. Practica yoga, pero poco, lleva una buena alimentación y cuando va de tiendas lo hace «desde el punto de vista profesional». Ve las redes sociales como herramientas de comunicación, pero nada más. «Creo que he nacido en el momento equivocado. No entiendo la necesidad de contar tu vida. A veces me encuentro fuera de este mundo, porque la gente ve ciertas cosas como normales y yo no las entiendo. Pienso que tendría que haber nacido en los años veinte», reflexiona María Barros. En enero cumplirá los 34. Es acuario. «Creo al cien por ciento en la influencia de la luna», confiesa al anochecer.