Tarde de toros y letras

Fernando Molezún A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

EDUARDO PEREZ

Javier Ozores presentó ayer su última novela, «El ruedo invisible»

07 may 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Tarde taurina la que se vivió ayer en la Asociación de Artistas, donde tres «primeros espadas» arroparon a Javier Ozores en la presentación de su novela El ruedo invisible (Sial Pigmalión). El ex alcalde Francisco Vázquez, el historiador Javier Bahamonde y el periodista Pablo Portabales -a quienes el autor comparó con Curro Romero, Antonio Ordóñez y Antonio Bienvenida, respectivamente- elogiaron esta nueva obra del escritor, productor cinematográfico y gastrónomo coruñés, en una velada que compartieron con el editor Basilio Rodríguez Cañada, «nuestro Miura, nuestro ganadero», según Ozores.

Con este peculiar coso de Riego de Agua abarrotado, los comentarios sobre el último libro de Ozores -«una novela de amor al toro, a la amistad y a las señoras», según la definió su creador-, fueron alternándose con reivindicaciones de la fiesta. Y es que esta historia de un niño francés que recala en la España de los años cuarenta para descubrir en ella que su vocación es vestirse de luces es «un alegato a esa parte del mundo del toreo que no vemos en la plaza; la fiesta en su propio origen, en la ganadería, en la hacienda», tal y como afirmó Vázquez.

El exalcalde destacó, entre otras virtudes, la «seria reflexión que contiene el libro sobre lo que son los toros, lo que representan», para terminar sentenciando que «no se puede entender lo que es este país sin ellos, del mismo modo que tampoco se puede entender La Coruña sin su feria taurina».

Grandes palabras para la novela, que congregó en la Asociación de Artistas a tan numeroso público que muchos vieron el acto desde la calle, tuvo también Javier Bahamonde, que advirtió sobre el final abierto de la misma y destacó la profundidad psicológica de los personajes. Quiso el historiador también utilizar el libro de Ozores, «un canto a la paz ambientado entre dos posguerras, la francesa y la española», para resaltar los valores de los toros, «una manifestación muy completa desde el punto de vista artístico», según evaluó.

Huella de autor

Entre tanto comentario taurino, Pablo Portabales quiso aclarar que la novela gustará «incluso a aquellos que no sean aficionados a los toros». De hecho, según el periodista, esta historia recoge todas las pasiones del autor: «Si la hubiese leído sin saber que estaba escrita por Javier lo habría adivinado por todas las referencias que hace a la cocina, al cine... ¡Si incluso el protagonista tiene expresiones que son muy de Ozores!»

Por su parte, el escritor reconoció haber tardado «unos ocho años en terminar la novela, porque por en medio se me metieron libros de cocina, y otro sobre pazos... Pero ahora estoy con otra novela que espero escribir del tirón». Todo ese tiempo le sirvió para conocer mejor a los personajes e, incluso, enamorarse de ellos, lo que hizo más duro el momento de la despedida.

De todos modos, afirmó Ozores haber disfrutado con su escritura, especialmente con la labor de investigación que le llevó por hemerotecas como la de La Voz, «que contienen las vidas que realmente hemos vivido».