La rehabilitación del inmueble comenzó con la limpieza de su entrada
30 may 2014 . Actualizado a las 07:00 h.En el límite, casi en tiempo de descuento, pero dentro del plazo garantizado por el alcalde hace dos semanas: las obras de rehabilitación de la Fábrica de Tabacos han arrancado, finalmente, dentro del mes de mayo. Al menos, esa es la imagen que proyectaba ayer este singular edificio desde su fachada principal. Diversos operarios realizaban trabajos de desbroce de la crecidísima maleza que el tiempo y el abandono había ido colocando por todo el frente ajardinado.
Pero las obras no se centraron exclusivamente en la parte ornamental de la entrada. Piquetas y excavadoras permanecían en el exterior mientras dentro del edificio comenzaba también a detectarse actividad.
Se inicia así el fin de una acumulación de retrasos que han provocado que la fábrica permaneciese en total estado de abandono durante doce años, y que, una vez parecía que por fin todo se reconducía y comenzaba a verse a la tan deseada Ciudad de la Justicia al final del túnel, volvía a paralizarse el proceso por la presentación de un recurso contra el contrato de dirección de la obra.
La historia del contrato no ha sido en absoluto sencilla. El día 3 del pasado mes de septiembre se anunciaba en los boletines oficiales la licitación del concurso para la dirección de la obra, y el 17 de marzo se adjudicaba a favor de Applus Norcontrol, adjudicación contra la que se presentaron tres recursos poco después. Mientras, el alcalde, Carlos Negreira, y el conselleiro Alfonso Rueda anunciaban el 19 de marzo el inminente inicio de los trabajos, presupuestados en 15 millones de euros, y de los que se encargaría la UTE formada por Antalsis y Corsán Corviam, lo que se vio truncado por la presentación de los recursos, que fueron finalmente desestimados.
Dentro de plazo
Desde entonces, tanto la consellería de Presidencia como el Ayuntamiento insistieron en la inmediata ejecución de las obras de rehabilitación de Tabacos sin que la puerta de la fábrica se abriese en ningún momento. El propio alcalde garantizaba hace apenas dos semanas que los trabajos se iniciarían «este mismo mes de mayo», un plazo cumplido in extremis.