Un monumento recordará en San Amaro a los 85 fallecidos
28 jun 2014 . Actualizado a las 07:00 h.Con 41 años de retraso el agravio quedará resarcido. Las tumbas de los pasajeros no identificados del vuelo 118 de Aviaco, que se estrelló el 13 de agosto de 1973 en Montrove (Oleiros) al fin tendrán nombre.
Ese día se produjo una de las mayores tragedias de la aviación civil en España. El Caravelle de Aviaco procedente de Madrid rozó, en una mañana de niebla, los eucaliptos de un monte oleirense y acabó cayendo a tierra.
En aquella nefasta jornada perdieron la vida 85 personas, 79 pasajeros y seis tripulantes. Milagrosamente no murió ningún vecino en una zona densamente poblada. Con los medios de la época, cerca de la mitad de los cuerpos quedaron calcinados y fue imposible identificarlos. Entonces no había pruebas de ADN. Dos días después de la tragedia todos los fallecidos cuyo nombre no se había podido determinar acabaron sepultados en una zona de fosas comunes en el cementerio de San Amaro.
Este verano, 41 años después de la tragedia, el cementerio coruñés sumará a su patrimonio un sencillo monumento de piedra en el que figuran todos los nombres de los fallecidos. Hasta ahora no había ni una sola señal que indicara, en el departamento cuatro en el que descansan sus restos, que los cuerpos estaban allí.
La familia Pérez, procedente de Sada, que perdió un ancestro en aquella tragedia, decidió poner punto final a tantas décadas de anonimato. Fueron ellos los que financiaron el monumento, fabricado en Italia -gran parte de los descendientes de la familia reside en Estados Unidos-, que llegará este verano a A Coruña, donde en San Amaro ya está preparada la base de hormigón sobre la que se ubicará.
La receptividad de la Concejalía de Medio Ambiente, que dirige Enrique Salvador, contribuyó a poner solución a tantas décadas de olvido. Los familiares de los fallecidos no tenían ni una identificación en San Amaro para ubicar a sus fallecidos y dejarles flores, pese a que muchos seguían acudiendo al cementerio.
La concejalía dio el visto bueno a la actuación, financiada por la familia Pérez. El próximo 13 de agosto, en el 41.º aniversario del accidente aéreo, el monumento estará instalado en el departamento cuatro del camposanto municipal.
El siniestro fue el más grave de los registrados en Galicia en el último medio siglo, con más víctimas que en el tren de Angrois. El avión se estrelló contra un pazo en el que azarosamente aquel día no había nadie. El dispositivo de emergencias desplegado entonces y formado por guardias civiles, personal de la Cruz Roja, militares y voluntarios, solo encontró a una persona con vida, que moriría poco después de camino al hospital. En las fosas de San Amaro no se puso entonces ni una placa. Casi medio siglo después las víctimas recuperarán sus nombres.