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El gobierno local aguanta en medio de la tormenta que zarandea al PP

Xosé Vázquez Gago
Xosé Gago A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

Los populares obtienen un suspenso que casi sabe a suficiente raspado

30 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Gürtel, Bárcenas, Púnica, tarjetas black, guerras internas... toda una galerna zarandea al PP. En medio del naufragio nacional que auguran las encuestas, el gobierno local de A Coruña arranca en la encuesta de Sondaxe un resultado que le mantiene a flote, un suspenso que casi sabe a suficiente raspado a la vista del suspenso claro de la oposición, teniendo en cuenta que estos tiempos solo obtienen puntuaciones por encima de 5 recién llegados o promesas como Pablo Iglesias, y que las últimas semanas, en las que fue realizada la encuesta, han sido funestas para los conservadores.

Los datos indican que la credibilidad del gobierno local, aunque está lejos de ser brillante, al menos no ha sido evaporada por los escándalos ocurridos a nivel nacional, ni por las múltiples dificultades que el equipo de Carlos Negreira ha tenido en la ciudad. La más grave ha sido la operación Pokémon y la imputación de varios asesores del gobierno y del teniente de alcalde, Julio Flores.

La reputación del gobierno pareció tocada y hundida a principios de este año, cuando se produjeron las imputaciones y a diario se conocían detalles del sumario y conversaciones interceptadas que sacaron los colores a los populares y rearmaron a la oposición, excepto al PSOE, también implicado en la operación.

Los conservadores se atrincheraron, evitaron cualquier cese o dimisión y centraron su esfuerzo en proteger al alcalde, que ya había anunciado que volvería a ser candidato en el 2015. Sobrevivieron y comenzaron a sacar la cabeza despacio hasta que la actualidad dejó la Pokémon en un segundo lugar, aunque la amenaza de que avances en la investigación la devuelvan al primer plano sigue y seguirá ahí un tiempo.

Carlos Negreira aguantó con la mayor parte de su capital político intacto, a la vista del resultado de la encuesta. Pero la estrategia para protegerle casi exigió el sacrificio total de su mano derecha. Julio Flores asumió en público sin dudar ni una vez el papel de escudo ante los embates de la oposición. Fiel a la estrategia del partido, el alcalde fue más reacio a respaldarle ante la prensa, lo que provocó un fuerte malestar interno en el seno del gobierno, aunque tras el verano las aguas parecieron volver a su cauce.

Sin la Pokémon y los múltiples escándalos nacionales, la valoración del gobierno sería probablemente mucho más alta, ya que el 43,7 % de los encuestados afirman que tendrán en cuenta la corrupción cuando se acerquen a las urnas. En las otras determinantes del voto, el gobierno local parece capaz de defender su actuación. Una de ellas es la situación económica. La de A Coruña no es buena, pero es mejor que en las otras ciudades de Galicia, incluyendo en el asunto clave del desempleo, como han repetido una y otra vez los conservadores en estos años.

Otra de las determinantes clave son las grandes obras, que son quizá uno de los puntos más fuertes del gobierno local. Después de tantos años de retrasos, Carlos Negreira podrá inaugurar la deseada tercera ronda, además de la ampliación de Alvedro y las últimas mejoras del puerto exterior. Además de haber pilotado la mayor transformación urbana que ha experimentado la ciudad desde la construcción del paseo marítimo con el soterramiento del tráfico en la Marina y el Parrote, aunque según la encuesta esa obra cuenta con más detractores que simpatizantes.

Pero nada de eso podría ser suficiente en el 2015 si se siguen produciendo escándalos a nivel nacional o se produce otra crisis similar a la de la Pokémon. La valoración del PP es mejor que la de sus rivales con representación en el pleno, pero sigue siendo bastante frágil y tiene varios frentes que no dependen directamente de las gestiones que se puedan hacer desde María Pita: las investigaciones judiciales y las desventuras del Gobierno central y del partido a nivel nacional. Por ahora Carlos Negreira ha podido mantenerse a flote, pero es difícil saber qué ocurrirá si la tormenta empeora.