«El 85 % de los concellos aún no cumple la ley de transparencia»

A CORUÑA

Silvia Fraga es la directora de Stem Comunicación

12 oct 2015 . Actualizado a las 17:47 h.

Silvia Fraga (A Coruña, 1977) está al frente desde hace cuatro años de Stem Comunicación, una consultora que desde su sede de Perillo trabaja para potenciar la imagen de personas, empresas e instituciones, y que tiene en la ley de transparencia -una asignatura pendiente para la mayoría de los municipios- uno de los ejes de su división de comunicación e imagen política.

-¿Quiénes son sus clientes?

-Desde instituciones públicas a, por otra vía, empresas privadas que a través, sobre todo, de sus directivos quieren hacer un proceso de personal branding, que antes de alguna manera solo se hacía con políticos. Ahora la marca personal se está desarrollando mucho para empresarios. Ese es nuestro escenario de clientes.

-¿Qué busca el cliente individual?

-Se trabaja mucho por el boca oreja. Siempre solemos ir recomendados por alguien. Trabajamos su proyección de marca: vemos el punto en el que está y vemos qué quiere conseguir, normalmente trabajamos a largo plazo. Las marcas no se pueden trabajar en el corto plazo. Ofrecemos un proyecto de su propia marca y la trasladamos a su objetivo. Trabajamos mucho las redes sociales, la personalización de esas redes, con bloggers, portales web especializados...

-¿Y las instituciones? ¿Cómo llevan la ley de transparencia?

-La ley de transparencia es más o menos como la creación de una marca de la institución, humanizarla. El gran cambio es que no solo tienen que decir lo que están haciendo, sino todo lo que hacen. El ciudadano es una especie de cliente y las instituciones son empresas que tienen que convencer a su usuario. Esa es la esencia.

-¿Y en la práctica?

-La realidad es que a dos meses vista del plazo para que sea efectiva la transparencia lo intentan y forma parte de un discurso, pero más de un 85 % de los ayuntamientos en Galicia no están adaptados a la ley.

-Para el ciudadano las ventajas parecen evidentes, ¿pero para la institución existen?

-La realidad es que no hay participación. El cambio tiene que ser que vayamos a la institución más cercana y digamos: queremos hacer esto o cambiar esto que no está bien. La institución tiene que entender que no es una forma de fiscalizar, sino de relacionarse con la gente; y que la gente entienda que esto le va a aportar cosas positivas.

-¿Los ciudadanos están preparados para esa transparencia?

-Es un tema cultural. En Finlandia y Dinamarca los ciudadanos pagan voluntariamente sus impuestos, que aquí es impensable. Tenemos que empezar a cambiar determinados parámetros y a entender que nosotros tenemos que forma parte de los cambios, y eso es algo que se va a ir reclamando cada vez más.

-¿Y los políticos?

-Es necesario que se metan en ese círculo, decir lo que están haciendo, y a partir de ahí que la relación con el ciudadano sea mucho más normal, porque ahora es muy tensa.