Recorremos las vías más extrañas, desde los cariñosos Bicos y Apertas que se dan los callejones en Oleiros hasta la inquietante Corredoira Escura de Cambre. En nuestro callejero también hay una Rúa do Pardillo y otra que se llama Últimos de Filipinas
12 oct 2015 . Actualizado a las 17:52 h.¿A qué tipo de mente asusta-niños se le puede ocurrir ponerle de nombre a una calle Carreixo da Man Peluda? Pues en Corme hay un larguirucho callejón en el centro del pueblo que se llama así. Sin tener que irse hasta la Costa da Morte, en la comarca coruñesa hay numerosos ejemplos de términos sorprendentes para referirse a un lugar. En Cambre hay una vía llamada Corredoira escura, cuyo origen responde al ancho de la misma. Es esta una «rúa profunda que so podía atravesar un carro e por iso tiñan que berrar, para non chocar dentro», explican desde el Concello. «Vou cruzar! Vai alguén?». Si la respuesta era el silencio, adelante con el cacharro.
Hay nombres que no tienen explicación, pero son bonitos, como las calles Aperta, Sorrisa e Rúa dos Bicos en Oleiros. Pero no todo es romanticismo en este municipio. También se las saben gastar de manera jocosa: Rúa do Lío, Rúa do Repicho y Rúa do Pardillo son tres vías oleirenses en la actualidad, aunque esta última hace, en realidad, referencia a un ave.
Hay calles de origen desconocido, como Bo Home, en Culleredo, que arrastra décadas de especulación sobre si en verdad existió en esa zona un hombre bondadoso (no se sabe), y otras muy bien documentadas, como Últimos de Filipinas, en Almeiras. La historia recuerda a José Martínez Souto (1877), uno de los integrantes del destacamento español que permaneció atrincherado -del 27 de junio de 1898 al 2 de junio de 1899- sin víveres ni municiones en la iglesia de Baler (Luzón-Filipinas), sin saber que la guerra ya había acabado.
¿Y qué me dicen de la calle Héroes del Vapor Alegre, de Sada? Llamándose así, detrás hay una historia preciosa con total seguridad. Homenajea a los seis marineros sadenses que, en 1940, protagonizaron el salvamento de más de cincuenta náufragos que iban a bordo del vapor Alegre, de Pontedeume, en plenas fiestas del Carmen.
Una tendencia que siempre ha tenido mucho éxito entre los nombradores de calles es la costumbre de hacer referencia a topónimos del concello vecino. Valga como muestra el Riazor de Culleredo o las calles Durán Loriga y avenida de Finisterre que planean por el centro de Arteixo. Por cierto: «¿Dónde vive?» «En el Quinto Pino». ¡Cuántas chanzas llevan aguantando los vecinos de este núcleo arteixán! Puedes vivir «nesta banda» o en Aquelabanda, como les ocurre a algunos vecinos del municipio de Abegondo.
O puede ser que vivas en la calle Hermanos de la Lejía, en A Coruña (muy cerca de la Torre de Hércules) y no tengas ni idea de por qué el callejero saca a relucir el higiénico producto químico. Alude a unos hermanos, históricos referentes del socialismo coruñés, tres de los cuales fueron ejecutados en los primeros meses de la Guerra Civil. Y sí, su padre tenía un negocio de venta y distribución de lejía.
¿Cuántas letras tiene el nombre de calle más corto de la comarca de A Coruña? Dos. La calle Fe, en A Coruña ciudad (en la Sagrada Familia). ¿Y cuál es el nombre más largo? Probablemente a los vecinos de Oleiros no les quepa muy bien en los impresos oficiales -que tantas veces nos toca cubrir- el Camiño Cangadas de Abaixo. En este municipio hay un Camiño Agurniño, una Rúa das Ánimas, una Rúa do Castromén, una Praza da Garrucha, un Camiño Sixoez y una calle Trivisqueira, por no hablar del parque o mirador de Nirvana, que no se llama así porque Kurt Cobain y compañía hayan venido a tocar alguna vez en directo a este lugar, sino por un club nocturno que funcionó hace décadas por estos lares.
En la comarca de A Coruña proliferan las calles con nombres de pintores, -desde Lugrís y Laxeiro hasta Isaac Díaz Pardo-, escritores -Eduardo Blanco Amor y Rosalía de Castro-, exalcaldes, países, ayuntamientos limítrofes...
Para nombres llamativos, en Cambre. En el concello hay una Rúa Fendetestas, en homenaje al personaje de El bosque animado de Wenceslao Fernández Flórez, y hay otra que se llama Sarnoso, aunque no tiene nada que ver con la sarna, arguyen fuentes municipales. Existe un Camiño dos Cacharros, por el que transitaban los carros, y una calle llamada Volta das carrozas, como su propio nombre indica. En Cambre hay topónimos tan antiguos que nadie sabe qué significan, como Campóns o Coutelana, y otros, como Gaiteiro, que todos piensan que significa músico y no lo que en realidad es: una libélula. Este sí que es un nombre precioso para una calle.