De «pesca» por el pulmón

R. d. Seoane A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

El Chuac advierte del peligro que supone que «cuerpos extraños», como alfileres y dientes, se aspiren y vayan a parar a los bronquios. Retirarlos no siempre es sencillo

17 abr 2016 . Actualizado a las 13:32 h.

Hasta no hace tantos años, lo que los médicos llaman «cuerpos extraños» se veían con relativa frecuencia en los niños, entre otras razones porque los juguetes no estaban tan preparados para escapar de la facilidad de los pequeños a meterse a menudo por la nariz esas piezas tan pequeñas hoy prohibidas a los menores de tres años.

Hoy, esos ovnis de la medicina siguen encontrándose en casos pediátricos de lo que se denomina aspiración, pero en el servicio de Neumología del Chuac los adultos han dado el relevo. ¿Y qué es lo que acaba alojándose en el bronquio? Carmen Montero, responsable del equipo del hospital, amplía la lista más lógica, como los huesos pequeños de determinados frutos, a otros objetos que si los especialistas determinan objetos extraños, no dejan de ser sorprendentes. Desde alfileres a... ¡dientes!

«Por despiste, no es tan raro entre las modistas, que acostumbran a colocarse los alfileres en la boca y acaban aspirándolos al hablar», explica la doctora.

Otro elemento que suelen encontrar alojado en el bronquio son las piezas dentales o incluso algún tornillo. Son múltiples los motivos, como una mala caída en la que acaban colándose tráquea abajo hacia el sistema respiratorio o simplemente alguna muela o diente que se suelta al comer o mientras se duerme.

Pastillas y castañas

Pero más frecuente aún son los casos que por lo general afectan a personas mayores con problemas de deglución sin dieta adaptada a los que una pepita de cereza o un pequeño hueso de pollo puede ocasionar problemas importantes. Se han encontrado, por supuesto pipas, pero incluso ha habido casos de castañas.

«Es peligroso -explica Montero-; si es un cuerpo extraño grande, se asfixia y puede morir en el momento; si es pequeño, puede pasar inadvertido y quedarse ahí tiempo y tiempo, es difícil de extraer y puede producir infecciones respiratorias importantes». De hecho, no son pocos los casos en que una neumonía de origen incierto hace sospechar de la posibilidad de que su causa tenga que ver con un atragantamiento inadvertido.

No todos los objetos son tampoco igual de peligrosos. Los de origen vegetal, pipas y pepitas, crecen con la humedad y en el bronquio pueden generar alrededor abundante tejido que los oculta, cosa que no sucede tanto con los metálicos. De parecida forma, los dientes no suelen provocar una reacción inflamatoria, pero los vegetales sí, y a la hora de verlos, los objetos metálicos saltan en las radiografías, cosa que no sucede, por ejemplo, con los huesos de fruta.

Otro de los hallazgos con los que también debe tenerse cuidado es con el de la medicación. Se aspiran pastillas y algunas de ellas «pueden resultar tóxicas para el bronquio».