Un padre coraje destapa al fin la mentira que llevó a su hijo a prisión durante tres meses

alberto mahía A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

Un hombre había acusado al joven de un atraco en Culleredo que no cometió

01 jun 2017 . Actualizado a las 08:04 h.

Pasó tres meses en la cárcel sin comerlo ni beberlo. Y si no fuera por su padre, ahí seguiría. Sin haber hecho nada. Solo, porque un hombre que lo quería mal manchó su nombre al acusarlo de cometer un atraco. Era mentira y el padre del aludido lo sabía. Acudió a la Guardia Civil y, con la ayuda de un agente de paisano, desenmascaró al denunciante, que la semana pasada fue juzgado, asumió los hechos, y fue condenado a una multa de 1.500 euros como autor de un delito de denuncia falsa.

La farsa comenzó el 28 de diciembre del 2010, curiosamente, en el día de los Santos Inocentes. Aquella noche, el ahora condenado se presentó en comisaría para contar que había sido víctima de un violento atraco cuando salía con su moto de un garaje de Fonteculler. Explicó que dos jóvenes le atacaron por la espalda con sendos cuchillos. Lo amenazaron de muerte y mientras uno le ponía el arma en el cuello, el otro se apoderaba de su cartera para luego desaparecer. Añadió que los rateros habían utilizado su tarjeta de crédito, con la que sacaron 450 euros de un cajero, pues le habían obligado bajo amenazas a desvelarles el número secreto.

La Guardia Civil se puso manos a la obra y le mostraron las fotografías de los atracadores más célebres de la zona. Sin ver ni el primer retrato, el denunciante dijo que conocía a uno de ellos. Por su nombre incluso. Lo dio y los agentes corrieron a detenerlo.

Cuando le ponían las esposas, el joven no hacía más que clamar por su inocencia. Pero nadie le creyó. Ni la jueza que aquel día estaba de guardia, que tras escucharlo, lo envió a prisión provisional como investigado por un delito de robo con violencia.

En aquel momento, nadie podía probar su inocencia. Ni demostrar una coartada más allá de que aquella noche del 28 de diciembre del 2010 se encontraba en casa.

Mientras él estaba encerrado en una celda, su padre buscó la verdad. Se enteró de quién era el denunciante y habló con él, tratándolo de convencer de que su hijo no podía ser la persona que lo había atracado. No logró nada. Pero siguió insistiendo hasta que un día le reconoció la falacia y que estaría dispuesto a retirar la denuncia o a exculpar a su hijo a cambio de dinero. Cuando el hombre escuchó aquello, acudió a la Guardia Civil para contarlo.

Así fue como comenzó la operación para destapar la mentira. El padre del encarcelado se citó con el denunciante y fue acompañado por un agente de paisano. Con una grabadora oculta en su cuerpo, dejó hablar al hombre y acordaron que 3.000 euros serían suficientes para echar atrás la acusación. En ese momento, la Guardia Civil procedió a la detención del extorsionador. El joven salió de prisión y la semana pasada se celebró el juicio contra el denunciante, que reconoció los hechos.