La vida es un ránking. Mi primera vez, mi primer marido, mi primer parto, mi primer trabajo... Todo el día estamos superándonos para ponernos en una posición elevada, así que esta vez se me ha dado por pensar cuál es la primera noticia de Coruña, la mejor, de todas las que se han publicado en este periódico a lo largo de sus 135 años. No es una tarea fácil, después de leer el magnífico suplemento que han hecho mis compañeros de la delegación local, pero me ha entrado el gusanillo de imaginar cuál de ellas se pondría por delante: ¿La autopista?, ¿la Fábrica de Tabacos?, ¿la historia de amor de Marcela y Elisa?, ¿la creación de As Irmandades da Fala?
En ese ejercicio casi inútil he llegado al atrevimiento de arriesgarme a decir cuáles han sido las cinco noticias que más me han marcado desde que tengo uso de razón. Y la razón de mi niñez no se acuerda de algunos hitos trascendentales de esta ciudad, pero sí del humo que la ennegreció con el accidente del Urquiola. Aquel primer impacto del suceso terrible me lleva a verme en el patio del colegio, en el rebumbio de que nos devolverían enseguida para casa. Tal vez por esa huella, una de las primeras noticias de mi ránking es para el Mar Egeo, ahora que se cumplen 25 años, y que marcó a mi generación, la generación Prestige, que no soportó otro desastre petrolero y salió a la calle sin pensárselo en aquella gran manifestación pese a cualquier oposición. Como la de mi abuelo que recriminó mi ausencia en la comida del domingo aquel día de diciembre: «¿Onde está a rapaza?». Bien sabía él dónde estaba a rapaza y dónde estábamos muchisímos gallegos esa mañana lluviosa. El Urquiola, el Mar Egeo, el Prestige nos conformaron sin ninguna duda, pero lo que nos conformó de verdad fue el paseo marítimo. ¡La de sobremesas que hemos llenado con la obra faraónica de Paco Vázquez! Coruña sin el paseo no se concebiría hoy, así que cuando se inauguró fue todo un acontecimiento que los que vivíamos en Matadero celebramos por el fin de las obras.
¿Alguna noticia más? ¡Buf, hay tantas! ¿Cómo no rescatar el concierto de los 1.000 años que nos puso en el mundo? Era julio de 1993 (yo tenía 22 años, ¡ay!) y pisaron Riazor Bob Dylan, Chuck Berry y Jerry Lee Lewis. Aquellos tres días fueron una suerte, como la de la Refinería con la lotería de Navidad. ¡Que en Coruña también nos toca! A mis padres, ni un duro, pero recuerdo el ánimo de la ronda de Outeiro en la que empezaron a desfilar coches nuevos, abrigos de visón y otros caprichos que se veían de lejos. De cerca, a pie de campo, esta Coruña nuestra, la mía, no se entiende sin la Liga, la copa y el Superdépor de Bebeto. Qué notición. Qué época. Qué llantos. Cuánto nos cambió aquello y qué alegrías nos dio. Venga, que me pongo nostálgica. Y tus cinco noticias... ¿cuáles son?