Manual para subir y bajar rampas

Antía Díaz Leal
Antía Díaz Leal CRÓNICAS CORUÑESAS

A CORUÑA

MARCOS MÍGUEZ

21 mar 2018 . Actualizado a las 12:46 h.

Esta semana volví a hacer la prueba, porque una es cabezona por naturaleza y porque algo más de práctica pensaba que tenía. Pero no. Sísifo lo tenía más fácil subiendo la piedra montaña arriba que servidora con la dichosa rampa. Es la que sube al súper y tendrá una pendiente del 30 % y el ancho justo (muy justo) para un cochecito estándar. Y resbala ligeramente incluso cuando no llueve. La definición de accesible, vamos. Intento número uno: de frente. Consigo avanzar medio metro, hasta que los pies empiezan a resbalar. Rampa 1, cochecito 0. Intento número dos: de espaldas. No avanzamos ni dos pasos, y aún encima las ruedas se giran y amenazan con despeñarse. Rampa 2, cochecito 0. «¿Te ayudo?», me dice una señora. Casi mejor, y subimos por las escaleras levantando al crío, que va encantado en volandas. Se pregunta la mujer qué pasará si el que quiere subir va en silla de ruedas. Pues que a menos que la silla tenga un sistema de adherencia a prueba de bombas, tendrá que dar toda la vuelta a la manzana y cruzar una calle para llegar al mismo sitio.

Pero la rampa del súper no es la única, ni probablemente la más complicada. Algunos edificios y galerías comerciales han decidido salvar las escaleras con una especie de rampas paralelas encima de los peldaños, por donde se supone que se tienen que poner las ruedas, sistema solo apto para pilotos de carreras con años de experiencia o acróbatas de circo capaces de subir y bajar sin que las ruedas se salgan de su sitio. Para el común de los mortales, resulta poco menos que imposible utilizarlas sin tropiezos, incluso si te van dirigiendo la maniobra.

¿Y dónde están las aceras con bordillo rebajado cuando las necesitas? No, aunque lo parezca no están en todas partes. Imaginen ahora que ese bordillo está en una parada de autobús y que hay que salvarlo para entrar y salir. ¿A que se hacen una idea de dónde acaban encajadas las ruedas? Exacto. Sé de algún chasis aparentemente irrompible que acabó doblado como una ramita por culpa de una de esas bajadas.

Accesibilidad. Para que la ciudad sea más amable, más humanizada, no hace falta mucho más, ni grandes planes ni grandes obras, simplemente accesibilidad real, y que se cumplan las normas y que se respeten los espacios. Porque mi cochecito es provisional y tiene fecha de caducidad. Pero para muchas personas que dependen cada día de sillas de ruedas y andadores, la vida ya es bastante cuesta arriba como para no poder entrar y salir de sus casas sin que suponga una odisea, hacer la compra, cruzar la calle o pasear por una acera donde no haya un coche subido (total, es un momentito) como cualquier otro vecino.